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Editorial
Robo de vehículos
al ciudadano propietario del carro o la moto le corresponden un par de tareas sencillas, pero efectivas: no dar papaya y denunciar ante las autoridades los hechos delictivos.
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Jueves, 13 de Octubre de 2022

Muy bien que Cúcuta se encuentre en los dos primeros lugares del podio por la disminución en el robo de motos y carros en Colombia, puesto que todo lo que se haga en el campo de la seguridad es un elemento que ayuda al mejor estar de los ciudadanos en su urbe.

Estar de primeros en la reducción de casos de hurtos de motocicletas y ser segundos en la caída del jalado de automóviles nos pone por encima de Barranquilla, Medellín, Bogotá y nuestra vecina Bucaramanga.

Hay que exhibir ese éxito, lógicamente, porque se ha pasado de 469 motos hurtadas entre el primero de enero y el 30 de septiembre de 2021 a 276 en el mismo periodo de este año.

Para quienes usan ese tipo de vehículos significa que 193 se salvaron de perder su medio de transporte a manos de la delincuencia, aunque debería ponerse más exigente la meta afinando el plan que ha permitido este buen resultado.

Leyendo el informe periodístico y teniendo de presente la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela y el progresivo reinicio del intercambio comercial, surge el recuerdo de los espectaculares robos de camionetas de alta gama para ser enviadas por las trochas a ese país.

Ya que también los ministerios de Defensa reanudaron los contactos para reconstruir la lucha común contra la delincuencia y el llamado multicrimen resultaría interesante que se ahonde en dichos casos.

Por tal motivo es el momento de precisar hechos en los que se señala a la guerrilla del Eln de este tipo de robos y que se confirmen denuncias contra militares venezolanos de tener, presuntamente en su poder, algunos de estos vehículos hurtados en Cúcuta, Tibú y Villa del Rosario y pasados al otro lado del río Táchira.

En este instante, uno de los asuntos que ayudaría a mantener hacia la baja la ocurrencia de ese delito en la región, es que bien sea la Secretaría de Seguridad Ciudadana o la Policía Metropolitana de Cúcuta establezcan los contactos para que se mantenga buena relación con las autoridades al otro lado de la frontera.

Y lógicamente, aunque es un hecho que no está en las manos de nadie más que en la voluntad de paz de ese grupo guerrillero, esperemos que se den las órdenes para el cese de hostilidades durante la reanudación de los diálogos, en noviembre, y que tienen como garante a Venezuela.

Recordemos que en 2021 en la capital de Norte de Santander los ladrones, en nueve meses, se robaron 96 carros. Este año la cifra cayó a 56, cuarenta menos en el mismo lapso de tiempo.

En este frente nos ganó Bucaramanga con una disminución del 43 por ciento, aunque nuestro comportamiento fue mejor que el de Villavicencio, Cali, Ibagué y Neiva, como lo señala el Sistema de Información Estadístico Delincuencial y Contravencional.

Ha llegado la temporada alta con el elemento adicional de la frontera colombo-venezolana completamente con libre paso, lo cual como decía el lema de un antiguo noticiero debe llevar a las autoridades policíacas y judiciales a tener los ojos abiertos y oídos despiertos para prevenir, conjurar y enfrentar a la delincuencia que en estos tiempos busca hacer de las suyas.

Y al ciudadano propietario del carro o la moto le corresponden un par de tareas sencillas, pero efectivas: no dar papaya y denunciar ante las autoridades los hechos delictivos.

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