Un hecho cierto es que la equidad de género a veces trata de convertirse en un asunto mediático y de moda, que al momento de ponerlo en la balanza para medir lo que realmente se ha hecho en ese frente, deja resultados en blanco y negro, o sea, buenos para unos y no tan positivos para otros, hablando para el caso específico de Cúcuta.
Esto acaba de advertirse en el control político que a dicha secretaría se le sometió en el Concejo, donde salió a la luz pública que a ese programa le ocurre lo mismo que a la cultura: los recursos económicos asignados en el presupuesto anual son bajos.
El debate debería centrarse en que a la mujer y la defensa de sus deberes y derechos hay que arrebatárselos a los politiqueros que aquí en el departamento y la ciudad las utilizan con claros fines electorales, pero en la realidad es bien poco lo que hacen por ellas.
Es así como entonces los honorables concejales, los diputados y los congresistas de la región, deberían dar una batalla real en procura de la inclusión, por ejemplo permitiendo que haya una real representación y participación política femenina.
Los que se rasgaron las vestiduras en la corporación municipal, tienen oportunidad en esta época electoral con miras a las elecciones regionales, de que sus lamentos se conviertan en hechos concretos, facilitando que más mujeres tengan cabida en el Concejo y la Asamblea, por ejemplo, en procura de la equidad política participativa.
En la medida en que no sea una sola concejala, como ocurre hoy en la capital nortesantandereana, y dos diputadas en el departamento, sino que más curules sean ocupadas por mujeres, eso permitiría que desde el centro de la democracia local tengan la posibilidad de defender y luchar por sus reivindicaciones.
Vamos a ver qué dirán los jefes de los partidos y movimientos para que la equidad de género en la participación política sea verdadera y abran las puertas hacia la eliminación de esa brecha que acarrea consecuencias negativas.
En el cabildo cucuteño se escucharon advertencias de que el dinero asignado a dicha Secretaría fue de $1.300 millones en 2020; de $2.721 millones en 2021; de $2.584 millones el año pasado y para la presente vigencia la asignación descendió a $1.200 millones.
Es indispensable que se revise si realmente el impacto hacia la población femenina es el adecuado o es necesario revisar lo que se está haciendo por parte de la Alcaldía de Cúcuta en ese campo.
“Sin pena ni gloria”, se escuchó decir en el recinto del Concejo el resultado de la entidad que fue considerada como “huérfana” en materia presupuestal, porque nadie podría explicar cómo es posible apoyar a por lo menos 130.000 mujeres jefas de hogar.
Ahí no más se tendría que desarrollar para ese grupo poblacional una política económica-social-jurídica, que indudablemente quedaría pequeña para ser atendida con los dineros que le han asignado.
Y, eso sin contar con el resto de mujeres que habitan en el municipio que igualmente deben ser cubiertas por los planes que se estructuren desde la entidad en todos los campos que le corresponden.
Una de las conclusiones que debería dejar este tipo de debates, para el caso de Equidad de Género, es que el plan municipal para la mujer no pueden centrarse en una simple entidad, sino hacer parte de una estrategia que sea transversal dentro del Plan de Desarrollo, en la que una institución como esa, actuara como coordinadora y gestora ante el Gobierno Nacional y organismos internacionales para sacar adelante los proyectos que puedan lograr el impacto requerido.
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