Los empresarios y comerciantes de Cúcuta y el área metropolitana dejaron para última hora la renovación del registro mercantil.

Tras la tranquilidad en los puntos de pago que se vivió antes de Semana Santa, hoy la realidad es otra, y los funcionarios de la Cámara de Comercio de Cúcuta trabajan en jornada continua para atender a las personas que, como hormigas, hacen una fila que aunque avanza, no termina.

El presidente ejecutivo de la entidad, Carlos Luna Romero, dijo que previendo esta situación, que obedece al fenómeno cultural de dejar todo para última hora, la Cámara preparó todo un equipo de trabajo en la oficina principal, en la de Los Patios y en el punto de atención ubicado frente al centro comercial Ventura Plaza.

Hasta ahora, según información entregada por la oficina de registro de la Cámara de Comercio de Cúcuta, se han renovado 26.543 matrículas y se registraron 5.565 nuevos negocios. De acuerdo con las cifras de cierre de 2015, el número de matrículas mercantiles activas era de 29.968.

El plazo para hacer el pago de este año, según el ordenamiento nacional, empezó el primero de enero y va hasta el 31 de marzo.

A un día del vencimiento de la fecha, los comerciantes se aguantan la espera para no hacerse acreedores a la multa de hasta  $11,7 millones (17 salarios mínimos vigentes), que puede imponer la Superintendencia de Industria y Comercio, tal como lo establece la ley 1227 de 2014.

Con una sonrisa porque gastó menos de una hora en hacer el proceso de la renovación del registro mercantil, Juan Parejo salió de la oficina de la Cámara tranquilo porque su negocio, en el centro comercial Oití, podría seguir funcionando sin ningún problema.

Para este empresario barranquillero las multas que ahora cobran por la no renovación del documento, son una buena alternativa para hacer del comercio una actividad legal y de descubrir cuáles son las empresas y los negocios que no funcionan dentro de la legalidad en la ciudad.

Al igual que Parejo, Diego Noé Castro, un estudiante universitario con un negocio de publicidad, aseguró, mientras esperaba para ser atendido, que al exigir la renovación de la matrícula se estaba impulsando la conformación de una economía en el marco de la ley y, lo más importante, es que se ayudaba a combatir la corrupción, el contrabando y demás actividades que genera la ilegalidad.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con las multas. Benjamín Ibarra, un empresario del sector de la salud, dijo que las personas que se atrasan en el pago del registro lo hacen porque están afrontando problemas económicos y es injusto que, con la situación de la frontera, también les cobren una multa.