Ante el problema social y económico que enfrenta Norte de Santander con la llegada masiva de deportados y de familias que huyen de Venezuela, el cooperativismo es una de las opciones para impulsar el desarrollo regional.

El presidente ejecutivo de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop), Carlos Ernesto Acero Sánchez, explicó que la situación actual es una posibilidad para mostrar como desde la solidaridad económica se puede impulsar el crecimiento personal y la construcción de una sociedad más equitativa.

Sin embargo, el vocero señaló que esto no se consigue con discursos ni aplausos, pero si con un trabajo real, que incluya una planeación a mediano y largo plazo, basados en el concepto de asociatividad.

En este sentido, Dario Castillo Sandoval, expresidente ejecutivo de Confecoop y actual Consejero Nacional de Planeación, dijo que “a partir de la asociatividad para producir bienes y servicios las personas van a encontrar la posibilidad de organizar su oferta y en la medida en que el Gobierno Nacional ayude a canalizar dicha  oferta de servicios, las personas van a generar ingresos”.

En Norte de Santander los modelos más exitosos de cooperativismo se han desarrollado en el sector rural, en relación a productos como el arroz, la palma y la leche, entre otros, aseguró, Carlos Julio Mora Peñaloza, vocero regional de Confecoop.

Pero, para que el modelo de asociación sea exitoso, es necesario saber cuáles son las capacidades profesionales de la cada persona, algo que ya está haciendo el Gobierno por medio de la caracterización del Sena.

La organización de las personas, además de hacerlas más fuertes y menos vulnerables, facilita el acceso a la seguridad social, bienes, servicios y en general a cualquier tipo de ayuda, aseguró Castillo.

La situación actual de la frontera también ofrece la oportunidad de sacar adelante procesos de cooperativismo que vienen desarrollándose desde hace algún tiempo, como es el caso de los pimpineros, refirió Acero.

A pesar de las bondades de que tiene el modelo, el problema es que este requiere tiempo para que las personas logren acordar objetivos y plantear tareas. Por este motivo, el exdirectivo señaló la importancia de la vinculación de la industria privada y el sector público para el fortalecimiento de dichos procesos.

Actualmente, según las cifras de Confecoop, el departamento tiene 250 cooperativas, que generan 350 empleos directos y 500 indirectos.  Frente a la oferta de empleo, Acero dijo que se les está pidiendo a las cooperativas que vinculen  por lo menos un trabajador.