Viajar en avión desde y hacia Cúcuta fue un privilegio que menos personas tuvieron el año pasado. Las cifras de movilización de pasajeros indican que durante 2016 el número de pasajeros que entraron y salieron del aeropuerto internacional Camilo Daza presentó una reducción del 8,5%.

La concesionaria Aeropuertos del Oriente, encargada de administrar la terminal aérea de la capital nortesantandereana, informó que el tráfico de usuarios entre enero y diciembre fue de 1,08 millones, mientras que en 2015 la cifra registrada fue de 1,1 millones.

En total, los pasajeros que aterrizaron en Cúcuta fueron 527.551 (-8,9%) y los que despegaron sumaron 559.827 (-8,1).

Estos resultados, por supuesto, no son ajenos a la situación que afrontó la zona fronteriza durante los últimos doce meses. El cierre de la frontera con Venezuela que marcó un fuerte deterioro de la imagen de Cúcuta como ciudad para hacer negocios y de la actividad comercial de la ciudad, así como otros problemas ya permanentes en la economía local como el desempleo y la informalidad, están fuertemente relacionados con estos resultados.

A esto se suma que durante todo el año los empresarios del sector alertaron sobre el impacto negativo que estaba generando en el sector la inflación y el alto costo del dólar.

Una prueba  de los flojos resultados es que durante 2016 tres aerolíneas decidieron suspender y reducir sus frecuencias aéreas al terminal fronterizo.

Uno de los casos más notorios fue el de la compañía Copa Airlines, que en octubre quitó de su oferta la ruta Cúcuta-Ciudad de Panamá, todo porque su ocupación aérea había caído un 42% durante los primeros siete meses del año. De esta manera, el aeropuerto internacional Camilo Daza se quedó sin su único vuelo internacional.

De la ciudad también despegó VivaColombia, mientras que EasyFly redujo la frecuencia de sus vuelos.

La baja dinámica aérea también se vio reflejada en las ventas de las agencias de viaje, que a junio de 2016 ya confirmaban una merma del 30%.