Dentro de la fuerte competencia de los jugadores de cada equipo por llevarse el título de la Asociación Nacional de Baloncesto, en inglés NBA, conlleva a que muchas veces haya discusiones entre los deportistas.
Incluso entre compañeros de equipo llega a haber momentos de tensión, pero normalmente no se registran riñas, como sucedió entre Montrezl Harrell y Kentavious Caldwell-Pope, quienes se fueron a los golpes en el descanso, en el partido que disputaban los Wizards y los Lakers.
Ambos jugadores de los Wizards, iniciaron la pelea antes de llegar a los camerinos, debido a que Caldwell-Pope no le pasó el balón a Harrell en la última jugada, antes de que concluyera la primera mitad.
La pelea
Ambos basquetbolistas comenzaron a discutir de camino a los vestuarios. Intercambiaron palabras nada amigables y se zarandearon el uno al otro, yéndose a los puños.
Sus compañeros tuvieron que separarlos, según comentaron testigos del hecho. Cuando los jugadores entraron al vestuario, el altercado terminó, pero fue tal el alboroto que se incrementó la presencia de seguridad del lugar, para garantizar que la tensión entre ambos no volviera a estallar.
“Se golpearon. Harrel y Caldwell-Pope fueron traspasados por los Lakers a los Wizards, antes de empezar esta temporada como parte del acuerdo para que Russell Westbrook llegase a Los Ángeles. Y en Washington ambos están brillando esta temporada... y sus egos parecen haberse desbocado”, dijeron algunos expertos sobre este tema.
Pese a lo ocurrido, los Wizards terminaron ganando el partido 122-118, siendo, sorpresivamente Caldwell-Pope y Harrell, dos de los cinco jugadores de su equipo que se destacaron por su excelente desempeño.
Caldwell-Pope logró 16 puntos, tres rebotes y tres asistencias en 30 minutos, mientras que Harrell aportó 12 puntos y siete rebotes en 24 minutos. Y ambos jugaron la segunda mitad sin que se produjese ningún roce más.
Ahora sólo queda saber si las directivas de los Wizards impondrán algún tipo de sanción a Montrezl Harrell y/o Kentavious Caldwell-Pope por su reprobable acción, como correctivo para que el altercado no vuelva a repetirse nunca más.
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