
‘Juana, la tortuga Pintona, se puso maquillaje para encontrarse con su nuevo novio tortugo’, decían entre risas varios niños del instituto La Puerta del Saber, la única escuela de toda Cúcuta que se interesó en ir a lo que se supuso sería una gran entrega masiva de animales silvestres organizada por la Policía.
La campaña, emprendida a nivel nacional, pretendía hacer aflorar los sentimientos de conservación de los cucuteños para que entregaran aves, reptiles, mamíferos y todas aquellas especies nativas que pudieran estar de ‘lujo’ en las casas de los ciudadanos.
Por radio se hizo publicidad de la jornada; también los medios escritos pusieron su parte, pero a las 9:30 de la mañana, lo único conseguido de la jornada eran las dos tortugas de las que se burlaban los niños: Juana, la tortuga pintona, de la que se reían, tenía pintura en la caparazón. Su deteriorado estado de salud era notorio.
Casi eran las 10 de la mañana y el nerviosismo de los anfitriones empezó a hacerse cada vez más evidente.
De repente, en medio del bullicio que hacían los niños, sigilosamente llegaron dos hombres en un taxi con un armadillo; el pobre estaba amarrado de patas, envuelto en un trapo; parecía como si fuera liberado de un secuestro. Fue recibido en medio de los aplausos de los niños y de los funcionarios de Corponor y de la Policía que por fin creyeron que la jornada sería exitosa. El hombre que lo devolvió no dio tiempo para que lo felicitaran, simplemente huyó en el carro con rumbo desconocido.
Fue tanta la alegría de los presentes, que los gritos de los niños asustaron al robusto armadillo, que en un descuido se escapó de las manos de los médicos veterinarios que lo examinaban. Corrió por entre la gente, por debajo de las sillas y mesas.
Tal vez trataba de volver a ser libre; nadie sabía qué desventuras había vivido días o meses atrás en manos de cazadores.
Samir León Restrepo, técnico del hogar de paso para la fauna silvestre, de Corponor, dijo que la mayoría de los animales silvestres que caen en cautiverio son condenados a vivir en jaulas o en los patios de las casas y muy pocos vuelven a la libertad, por eso la razón y la importancia de la jornada hecha ayer en el parque Recreacional.
“Queremos que los animales que no son domésticos vuelvan al monte, en donde deben estar, porque son indispensables para los ecosistemas de nuestro departamento”, dijo.
Hacia el mediodía, los niños de la Puerta del Saber, sacaron la cuenta y, de paso, evaluaron qué tan comprometidos están los cucuteños con el medio ambiente. El saldo fue reducido: 2 tortugas, 1 armadillo, 1 polla de agua, 3 crías de faro y 8 loros australianos. La actividad también logró la recuperación de otras especies en Ocaña.
Sobre el tráfico de fauna
Labores de control de la Policía Metropolitana para frenar el tráfico y tenencia ilegal de la fauna silvestre, han dado como resultado que en lo corrido del año se hayan incautado 687 especies.
Según Corponor, este año han sido liberados 227 animales que estaban en cautiverio.
Las especies más rescatadas son, entre los primates, el mono aullador, el cariblanco y el araña; de los reptiles: boas, tortugas morrocoy e iguanas; aves: gavilán común, piguas, águila pescadora y loros; de los mamíferos: armadillos, zorros perros, urones, zorros cangrejeros.
La ley 1333 de 2009 determina sanciones para quienes trafiquen con fauna.