Rechazo generalizado produjeron ayer las amenazas verbales que hizo Héctor Paredes, escolta del coordinador del Centro Democrático en Cúcuta, Diego Villamizar, a un joven que le reclamó por borrar el mural que, unas horas antes, compañeros suyos habían pintado en las bases del puente Carlos Ramírez París, frente al Comando de Policía de San Mateo.
El joven, quien también hace parte del movimiento de artistas de Cúcuta, se escucha hablar en el video que circuló en redes sociales, alertando sobre las personas que están tapando el mural: “… Aquí los tengo muchachos, domingo 9 de mayo, tapando de nuevo el mural…”.
Acto seguido, aparece en el video Paredes, quien expresa lo siguiente: “…sí, tapándole el mural a los guerrilleros, guerrilleros hijupuetas, malparidos, bala es lo que les vamos a dar, gonorreas”.
Estas expresiones de violencia fueron reprochadas desde distintos sectores de la ciudad, incluido el alcalde Jairo Yáñez.
El mandatario invitó a mantener un diálogo constructivo con todas las organizaciones sociales para no caer en provocaciones. “Estamos abiertos a sentarnos a trabajar con un solo propósito: cuidar y sacar adelante a nuestra ciudad “, dijo.
Indicó que “es el momento, en medio de tantas dificultades, de mantenernos unidos y trabajar de la mano por nuestras comunidades más necesitadas”.
El líder social Isaac García repudió el hecho y reclamó de las autoridades, en especial de la Fiscalía y la Unidad Nacional de Protección, acciones inmediatas para impedir que las amenazas hechas por Paredes se lleven a cabo.
“Triste, pero es la realidad en Cúcuta”, dijo García, quien en la mañana de ayer acompañó al joven intimidado a formular la denuncia en la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo.
“Lo más preocupante es que un escolta al servicio de la Unidad Nacional de Protección, que está es para proteger la vida, salga a lanzar amenazas de muerte a un joven”, dijo García.
En un comunicado, Diego Villamizar se refirió a lo sucedido y aseguró que le informó a la Policía, la Fiscalía y la UNP que el video que circula en redes sociales (en el que aparece Paredes expresando las amenazas) no muestra el contexto de lo sucedido.
Dijo que un grupo de ciudadanos se encontraba pintando de blanco un mural que fue hecho con mensajes violentos, cuando al sitio llegaron unos jóvenes que, sin identificarse, lanzaron amenazas.
Señaló que la reacción del miembro del esquema de protección se dio en defensa ante un presunto ataque que pretendieron dos jóvenes que se movilizaban en bicicleta y que esta situación fue editada en el video que se publicó en redes sociales.
Esto que asegura Villamizar en el comunicado fue desmentido por miembros del movimiento juvenil artístico de Cúcuta.
La idea del mural surgió desde el 28 de abril, cuando el Movimiento Juvenil Cucuteño convocó a la movilización pacífica del arte. A este colectivo pertenecen sectores artísticos, cristianos, católicos, ambientalistas, políticos, deportistas, LGTBI.
Ayer en la tarde, el director nacional de la UNP, Alfonso Campo Martínez, se refirió a los hechos ocurridos con el escolta Héctor Paredes, y tras manifestar su rechazo por el comportamiento del hombre, aseguró que están adelantando las investigaciones correspondientes.
Los jóvenes, entre tanto, anunciaron que hoy volverán, por segunda vez, al puente a restaurar el mural.
Se necesita diálogo
Ariel Ávila, politólogo y subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, consideró que un civil no tiene por qué agredir a otro civil, mucho menos un escolta que está armado y en medio de una situación en la cual no hay un bloqueo ni agresiones.
Ese señor (Paredes) necesita un tratamiento psicológico y el jefe para quien trabaja debería retirarlo de su esquema, porque es un peligro.
Por su parte, el analista de comunicación pública, Juan Carlos Gómez, indicó que, estamos en un momento de una crispación social que nos tiene muy susceptibles ante cualquier hecho que pudiera ir en contravía de lo que se piensa, quiere o siente.
“Aquí se requiere son cabezas frías que piensen, para no ir a atizar más un conflicto frente a tantas complicaciones que tiene el país en estos momentos de orden político, social, político, de salud”, dijo.
Y agregó que, “Esto es como una especie de polvorín que cualquiera que prenda esa llama va a explotar. Aquí lo que tenemos que hacer todos es hacer un llamado desde los medios, desde la sociedad civil, desde la academia, a no ser ese detonador de una situación que nos va a perjudicar a todos. No aticemos fuegos”.
Christian Gélvez, del Observatorio de Derechos Humanos y de Paz de Norte de Santander, planteó que lo que está pasando es consecuencia de la coyuntura “y que nos ha vuelto insensibles”.