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Cúcuta
Obispo de Cúcuta: me voy con el corazón arrugado
Monseñor Víctor Manuel Ochoa fue nombrado por el papa Francisco como obispo castrense.
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Eduardo Bautista
Eduardo Bautista
Lunes, 7 de Diciembre de 2020

“Han sido cinco años y tres meses muy interesantes de trabajo  en Cúcuta bendecidos por Dios. Tengo un gran recuerdo de Cúcuta y tengo también el corazón arrugado porque es difícil dejar esta ciudad”. 

Así lo manifestó el obispo de la Diócesis de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, quien fue nombrado por el papa Francisco como obispo castrense, quien asumirá su nueva tarea evangelizadora en la primera quincena de febrero de 2021.

El jerarca católico dará atención espiritual y pastoral a las Fuerzas Armadas del país, impulsando la evangelización en “las especiales condiciones de su vida a los miembros del Sector Defensa y a sus familias para que, llevando una vida auténticamente cristiana, sean constructores de la paz”, según como lo indica la misión del Obispado Castrense de Colombia. 

El 24 de julio de 2015, el Papa Francisco lo nombró obispo de la Diócesis de Cúcuta y tomó posesión 15 de agosto de 2015 hasta la fecha, tiempo en el que ha sido un ferviente defensor de los colombianos retornados y migrantes venezolanos.  

La iglesia ha hecho del tema de la caridad un acto importante, “un tema de responsabilidad y caridad de iglesia para con los colombianos retornados  y con los venezolanos, sin olvidar que muchas de las personas que pasan la frontera tiene cédula colombiana”. 

“En ese sentido mi mensaje para los cucuteños es que conserven su alegría, que conserven su fe y esa capacidad de servicio y de generosidad que tienen”.  

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