

Las hijas de Elvia Jiménez de 11 y 14 años, habitantes del barrio Comuneros, encontraron en la música una manera divertida de sobrellevar los meses de encierro por la pandemia del coronavirus, continuando de manera virtual sus clases dentro de un proceso formativo en el que ya llevan cuatro años.
“Ha sido una experiencia gratificante porque la música les ha ayudó a sortear de la mejor manera estos tiempos de pandemia sin interrumpir los avances que han tenido, la mayor ejecutando el violín y la más pequeña el piano”, dijo Elvia.
Agradeció el esfuerzo hecho por la Corporación Cultural, Recreativa y Medioambiental Atalaya (Corpoatalaya), que desarrolla desde hace cinco años un proceso formativo en el campo de la música con niños y jóvenes de sectores vulnerables en las comunas 7 y 8, de barrios como Comuneros, Atalaya primera etapa, Claret, El Rosal, La Laguna, San Gerónimo, Chapinero, entre otros.
Los instrumentos para sus hijas se los facilitó la corporación para que practiquen con regularidad, o que le ha servido incluso a quien practica el violín para mejorar la parte de motricidad y de terapia para superar dificultades neuronales.
En ese proceso formativo han participado este año más de 90 niños y en esta oportunidad 50 de ellos están recibiendo clases en guitarra, violín, piano, batería, saxofón, clarinete y otros instrumentos de vientos y coro, según el director de la corporación, Andrés Montañez.
Explicó que la Corporación, en convenio con la Gobernación de Norte de Santander, desarrollan estas actividades de formación mediante canales virtuales con el propósito de reforzar sus expresiones artísticas y así crear espacios de fortalecimiento de la creatividad, participación, identidad y de convivencia.
“Como organizadores entregamos en calidad de préstamo los instrumentos a quienes no los tienen para el aprendizaje, evitando que abandonen el proceso y garantizando su correcto uso. La iniciativa impulsa el libre desarrollo de la personalidad, dando a los niños la oportunidad de asumir desafíos, resolver conflictos, obtener responsabilidades y motivarlos al planteamiento de su proyecto de vida”, explicó Montañez.
El convenio consiste en desarrollar habilidades básicas en formación musical en diferentes instrumentos con niños y jóvenes, la mayoría de población que pertenece a los estratos 1 y 2, que están dentro del sistema educativo y en la actualidad estudian de manera virtual.
En ese sentido se ha ofrecido la oportunidad a habitantes de diferentes barrios de Cúcuta, incluso de ciudades como Barranquilla, Bucaramanga, Bogotá y una estudiante colombiana que está radicada en Estados Unidos.
“Nosotros les estamos prestando los instrumentos a quienes no los tengan para que persistan en su deseo de aprender y continuar su preparación día a día, todo, acompañado de estrategias de formación en valores, principios y desarrollado cada semana distintos retos, buscando la motivación, el compromiso e inculcando el valor a la música en cada uno de ellos”, dijo Montañez.
Es un proyecto bonito que se ha venido desarrollando y que ha dado sus frutos, contando con el apoyo del Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura del departamento, que aportan los recursos para el pago de siete docentes, el sostenimiento del área administrativa, la compra y el alquiler de algunos instrumentos, dijo el director.
Los profesores de la corporación son licenciados con amplia experiencia, calidad y compromiso con lo que están haciendo en procura de darles la oportunidad a decenas de jóvenes de labrarse un mejor futuro en la parte cultural y artística.