Mientras Norte de Santander se prepara para el tercer pico pandémico de la COVID-19, en las canchas de su capital los ciudadanos aprovechan los campos deportivos para ‘jugar’ con el virus. 

La Opinión ha recibido varias denuncias, especialmente de los barrios Zulima, Sevilla, San Eduardo y Antonia Santos, donde la comunidad ha manifestado que, en las canchas, los protocolos de bioseguridad se están pasando por alto porque hacen partidos y/o campeonatos de fútbol sin tener en cuenta que la pandemia continúa activa. 

“La gente anda relajada, sobretodo los fines de semana cuando se van para las canchas de los barrios a hacer partidos de fútbol y no se dan cuenta que allá están incumpliendo todos los protocolos, porque los jugadores no usan tapabocas, no guardan ninguna distancia y mucho menos se lavan las manos”, dijo Alba Navarro, residente de la comuna 5. 

La Opinión consultó con algunos líderes comunales para conocer su postura frente a esta situación, pero quedó en evidencia que hay opiniones divididas, pues mientras algunos están de acuerdo con que las canchas se utilicen, otros no. 

“Esto se hace ocasionalmente, no todos los días. Nosotros no le hacemos daño a nadie con esos partidos porque vienen solo los jugadores y poquitos asistentes que sí cumplen con las medidas. Esos que denuncian, deberían ir a las discotecas, bares o al centro de Cúcuta, allá si hay aglomeraciones”, dijo uno de los dignatarios locales de la ciudadela de Atalaya, quien solicitó la reserva de su identidad. 

Por su parte, otro de los líderes consultados aseguró que, efectivamente “mientras la gente hace lo que quiere las autoridades brillan por su ausencia, pues en estos partidos de fútbol o entrenamientos no hay ningún control. Desde que nos dejaron salir al cucuteño se le olvidó el coronavirus y cuando menos nos imaginemos, vamos a estar colapsados y encerrados por la irresponsabilidad de unos cuantos”. 

Desde la administración municipal explicaron que, si bien es cierto las prácticas deportivas están permitidas, estas deben desarrollarse bajo todos los protocolos sanitarios, es decir, que quienes asistan como observadores no pueden generar aglomeraciones, deben guardar las distancias y portar siempre el tapabocas. 

Asimismo, detallaron que la falta de cultura ciudadana sigue siendo un grave problema en la ciudad puesto que no se puede disponer de un policía para cada ciudadano. 

En desacuerdo con las medidas

Luego de que la Gobernación del departamento anunciará los nuevos horarios del toque de queda en vista de que la ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) superó el 50%, muchas personas manifestaron su inconformidad con las medidas, porque consideran que no son del todo drásticas. 

“No entendemos esas medidas, si se supone que estamos en el tercer pico de la pandemia, llegó una cepa, los casos van en aumento y ponen toques de queda cuando ya todo el mundo anda durmiendo”, expresó Natalia Montoya. 

Para los comerciantes del sector nocturno, la situación vuelve a complicarse, pues ha sido uno de los gremios más afectados y con la amenaza del tercer pico pandémico, sus actividades podrían verse interrumpidas nuevamente. 

Hasta la fecha, Norte de Santander registra más de 53.600 casos confirmados de COVID y 2.807 fallecidos.