Después de dos años y 10 meses, la comunidad de los barrios San Luis, San Mateo y de la Ciudadela La Libertad, entre otros, vieron habilitado el paso vehicular total por la Intersección Vial de Cuatro Vientos - puente Brisas de Pamplonita, ubicado sobre la avenida Demetrio Mendoza.
En un sencillo acto que encabezó el alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez, la administración municipal puso en funcionamiento todos los ejes viales de la intersección, de la que se beneficiarán cerca de 350.000 habitantes de la capital nortesantandereana, en su mayoría de La Libertad.
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“La apertura parcial de las vías beneficia a todos los cucuteños y habitantes cercanos de las comunas 3 y 4. Nuestro compromiso no es inferior al trabajo que hemos realizado para entregar esta obra de la mejor manera y en el menor tiempo posible”, expresó el alcalde Jairo Tomás Yáñez Rodríguez.
Según lo manifestado ayer a los medios de comunicación, las vías habilitadas permitirán el tráfico vehicular entre la rotonda de San Mateo y el barrio San Luis, utilizando el puente y las intersecciones viales debajo del mismo. Con la apertura parcial de todos los ejes viales se descongestiona en su totalidad el tráfico de carros en el sector.
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Con la puesta a punto de la obra de infraestructura, también se instalaron las respectivas demarcaciones para dar cumplimiento a los protocolos de seguridad vial para conductores y peatones.
Si bien la administración municipal se había comprometido a entregar la obra en su totalidad el 19 de octubre, la misma tendrá que esperar hasta el próximo mes, pues quedan restando los trabajos de urbanismo y espacio público, los cuales continuarán durante unos días más hasta que se haga la entrega total de la obra.
Los problemas
La obra de la Intersección Vial de Cuatro Vientos, que se gestó en la pasada administración municipal de César Rojas Ayala, ha tenido una serie de problemas que aumentó su tiempo de entrega de 14 meses hasta los 34 que se llevan en la actualidad.
La pandemia, problemas con la compra de predios, y el aumento del precio de los materiales fueron los argumentos presentados por los contratistas para avanzar a una velocidad lenta, al punto que la Alcaldía de Cúcuta tuvo que intervenir.
Esta obra, cuyo valor es cercano a los $33.000 millones, tuvo en su totalidad tres contratistas, dos de ellos, por diferentes problemáticas, no pudieron seguir adelante con el proyecto.
El primero de los contratistas, que no alcanzó a iniciar el contrato, tuvo que ser reemplazado porque tenía una inhabilidad de 15 años por parte de la Contraloría General de la Nación.
El segundo contratista fue la Unión Temporal Construnorte, empresa a la que le liquidaron el contrato este año debido a sus retrasos y presuntos incumplimientos por los cuales avanza un reclamo por parte de la Alcaldía de Cúcuta.
Finalmente, la obra fue entregada a comienzos de agosto a la ingeniera Lizeth Charlot García Gonzales, que, con el acompañamiento de la administración municipal, la cual decretó una urgencia manifiesta, tenía la misión de culminar las labores de trabajo en un tiempo récord.
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En su momento, Martín Santos, abogado de la Unión Temporal Construnorte, dijo que el contrato que firmó la administración para la terminación de la obra con la ingeniera Charlot García tenía tintes de nulidad, pues se expidió con base a la citada urgencia manifiesta, que fue declarada por la Contraloría Municipal de Cúcuta, a finales de agosto, como desfavorable.
En ese entonces, el alcalde Jairo Yáñez señaló que respetaba el pronunciamiento de la Contraloría Municipal, pero que no lo compartía, porque contrario a lo que allí se mencionaba, ellos tenían todos los soportes jurídicos, económicos y de movilidad necesarios que respaldan la decisión.
Finalmente, desde el 5 de octubre, la Contraloría General de la República decretó la intervención funcional de oficio sobre el proyecto, por lo que son ellos quienes desde esa fecha asumieron la vigilancia y control fiscal de la obra.
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