En la educación colombiana, el Instituto Técnico Nacional de Comercio, de Cúcuta, ha logrado mantenerse en los primeros niveles de calidad en la nación, según lo registra el ICFES en sus pruebas de medición anual.

Fue fundado hace 68 años y su desarrollo y crecimiento es sostenido. El Nacional de Comercio tiene como propósito, según sus fundadores,  desarrollar una labor educativa conforme a las leyes y normas que regulan la enseñanza en Colombia,  buscando siempre los términos de referencia que encaminen a la excelencia.

En el proyecto educativo institucional se plantea esta tarea de forma conjunta entre educadores, padres de familia y educandos para crear en la excelencia y mejoramiento continuo con ayuda mutua frente a todos los procesos necesarios para la formación integral. 

En sus 68 años, el instituto ha tenido de rectores a los educadores, Alfonso García, Alirio Castellanos Mora, Félix Antonio López, Cristina Páez de Jáuregui, Pedro Cuadro Herrera,  Raúl Miranda Miranda y Zócimo Ramírez Mantilla, quien se vinculó al establecimiento hace 16 años.

Nació en Sardinata. Tiene títulos de educador y desde hace 43 años se desempeña en la docencia. El primer colegio del cual fue rector es el Edmundo Velásquez de Otaré. Su dedicación a la enseñanza es de tiempo completo y su idoneidad está reconocida.

Con el entusiasmo del 68 aniversario y la sobresaliente medición del ICFES habló para La Opinión.

El Instituto Nacional de Comercio, del cual usted es rector, cumplió 68 años de funcionamiento en Cúcuta. ¿Qué representa en el desarrollo educativo de la región?

Nuestra institución tiene una presencia altamente reconocida por la comunidad cucuteña y nortesantandereana, pues durante sus 68 años de existencia se ha caracterizado por su excelencia y la gran calidad en la formación que ha impartido a varias generaciones de esta región, lo que nos ha convertido en una institución emblemática de la ciudad y un orgullo para los nortesantandereanos. Su impacto se ve claramente en sus egresados, quienes han sido siempre excelsos representantes de nuestro compromiso con la educación: muchos de los profesionales de la región, de las más diversas disciplinas, son egresados nuestros y han contribuido y lo siguen haciendo, a la transformación y al desarrollo de nuestra ciudad y nuestro departamento.

¿Cuál es su cobertura en cuanto a alumnos y a qué estratos beneficia?

Tenemos 2.631 estudiantes de transición a undécimo grado, pertenecientes a los estratos 1, 2, 3, 4. Actualmente, con la llegada de la pandemia y debido a la difícil situación económica para muchas familias, hemos recibido un número importante de estudiantes que vienen de colegios privados.

¿Se ha contemplado la posibilidad de ampliar sus instalaciones para vincular a un mayor número de estudiantes?

En años anteriores la SEM mencionó este tema, pero nunca se concretó nada al respecto. Sin embargo, sí se hace necesaria una mirada hacia la mejor institución del Norte de Santander para proveerla de los espacios que requiere y de los medios para satisfacer todas las necesidades que presenta en el orden de equipos tecnológicos y dotación mobiliaria y de material didáctico y científico, para responder a la alta demanda que presenta y mantener la calidad que la caracteriza.

¿En cuanto a recursos para su funcionamiento, cómo está?

Actualmente, la institución funciona estrictamente con los recursos del Sistema General de Participaciones que nos asigna el Ministerio de Educación a todas las instituciones. En nuestro caso, son insuficientes frente a la magnitud de necesidades de una institución como la nuestra.

¿Y su nómina de docentes?

Gracias a Dios contamos con una nómina de docentes completa para poder responder al proyecto educativo Instenalquista.

¿Cómo está la educación en Norte de Santander?

Todos los nortesantandereanos hemos visto con gran orgullo, cómo nuestra educación ha venido mejorando durante los últimos años, en una tendencia que se ha mantenido de manera estable durante los últimos cinco años. Los índices de calidad del ICFES así lo demuestran, y esto es el resultado de un esfuerzo mancomunado entre los diferentes actores que conforman las comunidades educativas y las Secretarías de Educación municipal y departamental.

¿Cómo ve las oportunidades de ingreso de los bachilleres de Norte de Santander a la -universidad?

Desafortunadamente, cada vez más escasas. Si bien el Gobierno Nacional implementa algunos programas de becas para nuestros bachilleres, a éstos puede acceder en un muy bajo porcentaje de la región, lo que significa que muchos quedan excluidos y con muy pocas opciones para alcanzar una educación universitaria. Esto se traduce en pobreza, desigualdad, pocas posibilidades de desarrollo social y económico y estancamiento de la ciudad y la región en muchos frentes.

¿Qué ajustes o mejoras requiere la educación, según su experiencia de docente?

La situación que enfrenta actualmente el mundo ha dejado claras varias cosas: una de ellas se relaciona con los cambios que deben darse en lo que tiene que ver con la construcción de un mundo más equitativo en el que los ciudadanos de todos los países tengan garantizados sus derechos fundamentales. En lo que tiene que ver con la educación, la súbita obligación del trabajo a distancia que nos impuso la pandemia, nos ha hecho profundizar y reflexionar sobre los modelos y la metodología que hoy se aplica en las instituciones. Creo que nos habíamos demorado en incorporar las NTIC a nuestras prácticas pedagógicas y, en ese sentido, estábamos dejando de explorar nuevas oportunidades para la formación de nuestros estudiantes, así como la construcción de un nuevo modelo y una nueva filosofía educativa que nos haga más pertinentes con el mundo actual y nos permita formar estudiantes que respondan a las nuevas exigencias del Siglo XXI. 

¿Se siente satisfactoriamente realizado como educador?

Totalmente. Mi labor frente a la educación por 43 años, me llena de satisfacción porque he podido liderar procesos para llevar la educación a muchos sectores de nuestra población. Y hoy, pese a todo el tiempo que he trabajado en el campo de la educación, continúo trabajando por el sueño de construir una mejor institución, una mejor sociedad y un mundo más justo y equitativo, sin descanso. No estoy solo, desde luego, porque tengo un equipo muy profesional y muy comprometido, sin el cual no podríamos haber cumplido nuestras metas y continuar mejorando.

¿Qué le falta por hacer?

Continuar sirviendo a la humanidad, pues esta es mi razón de ser. La profesión que he desarrollado, me ha llevado a tener grandes satisfacciones. Eficiencia con calidad humana.