El Cúcuta Deportivo acudió este miércoles a una nueva audiencia por incumplimiento convocada por la Superintendencia de Sociedades, en donde el representante jurídico del club, Juan Carlos Paredes, resultó sancionado con una multa de cuatro salarios mínimos legales mensuales vigentes ($2.757.820), por no haber aportado los soportes del pago de la deuda que tenía la institución con el futbolista Edwin del Castillo.
Sin embargo, y después de escuchar al apoderado de varios reclamantes, la entidad de vigilancia y control le otorgó al equipo la posibilidad de seguir adelante con su proceso de reorganización, al que se acogió en febrero de 2012, y descartó; por ahora, la opción de liquidarlo.
Varios documentos que reposan en el expediente del club fronterizo, advierten del reiterado incumplimiento de la sociedad a las órdenes dadas por la superintendencia.
Por su parte, Juan Carlos Paredes, asesor jurídico y vicepresidente del Cúcuta Deportivo, manifestó que procederá con una acción de tutela contra la Superintendencia de Sociedades, pues calificó como ilegal la sanción económica que le fue impuesta.
“En una decisión que me parece ilógica, me sancionan a mí, que soy el suplente, ni siquiera soy el principal; bajo el argumento de que se incumplió en la entrega de unos soportes de pago. Soporte que pude demostrar (ayer) que sí estaba, razón por la cual me disminuyen la sanción”
Incluso, agregan los documentos expuestos ayer, se registra la falta de remisión de los comprobantes de egreso o consignaciones realizadas a algunos de los acreedores.
El Cúcuta Deportivo fue admitido en reorganización el 24 de febrero de 2012 y el acuerdo fue confirmado el 22 de mayo de 2013, con pasivos cercanos a los $13.000 millones.
Financieramente es mejor no jugar en Cúcuta
Además, el representante jurídico del equipo le explicó a la jueza las dificultades que tuvo el club entre 2015 y 2016, en materia económica y administrativa, por lo cual se les hizo más complicado cumplir con los acuerdos pactados con los acreedores.
“Pensamos que la forma de hacer viable el equipo era subiéndolo a la A, y así lo hicimos en 2015. Se avizoraba un gran año con las dos primeras taquillas pero los resultados no nos acompañaron”, afirmó Paredes.
El vicepresidente argumentó también que este año tuvieron al “alcalde de la ciudad en contra”, situación que no favoreció las finanzas de la institución rojinegra.
“El arrendamiento del estadio en Cúcuta pasó de un millón de pesos a ocho millones. Los costos de abrir el estadio para un partido eran de veinticinco millones de pesos. Cuando nos iba bien entraban cuatro o cinco millones de taquilla, y la pérdida era solo de veinte millones. Ese fue el devenir de 2016, con un alcalde en contra”.
Finalmente, Juan Carlos Paredes reconoció ante la superintendencia que la determinación que tomaron las autoridades administrativas del departamento, de cerrarle las puertas del estadio General Santander al equipo, va a favorecer financieramente al Cúcuta Deportivo.
“Entre 2017 y 2018 esperamos subir (a la A), con la lección aprendida de que no es subir en cualquier momento sino cuando se tiene la capacidad. Ciudades de Cundinamarca, Meta y de la costa nos han abierto sus puertas, nos ha ayudado a hacer convenios con hoteles para disminuir gastos, y en general va a ser mejor porque no vamos a tener que pagar lo mismo (8 millones de pesos) por usar un estadio. Nos bajan los costos al cambiar de ciudad”, puntualizó.
El martes de esta semana, el entrenador del Cúcuta Deportivo, Fernando Velasco, confirmó a una emisora de la ciudad que el equipo jugará el próximo año en Zipaquirá, Cundinamarca.