En diciembre de 2013, José Augusto Cadena, en el despacho del alcalde Donamaris Ramírez, ofreció un discurso para presentarse como empresario y hombre de fútbol y, además, para exponer su más firme intención de conformar un equipo que recuperara el lugar de vanguardia que acababa de perder el Cúcuta Deportivo.
Una semana antes, el 10 de diciembre, el conjunto fronterizo cayó al descenso, por tercera vez en su historia, al perder con Fortaleza de Bogotá por un marcador
global de 2-1.
Sin tapujos, el empresario santandereano manifestó durante su presentación como nuevo mandamás del cuadro rojinegro que invertir en el Cúcuta Deportivo era algo que quería hacer desde hace mucho tiempo.
“Es una de las mejores plazas del país, es apetecida por los dirigentes del fútbol colombiano. Nosotros veníamos dialogando desde hace más de un año sobre el interés de adquirir el paquete mayoritario de acciones del Cúcuta Deportivo”, manifestaba José Augusto Cadena ante la prensa deportiva y las autoridades administrativas de la ciudad, hace exactamente dos años
Pero su intención, además, era salvar a la institución de la liquidación total que se encontraba a la vuelta de la esquina, porque la Superintendencia de
Sociedades ‘apretaba’ a la dirigencia de ese entonces por los incumplimientos al acuerdo de reorganización firmado en 2012.
Semanas antes de su presentación en la Alcaldía, en diálogo con La Opinión, Cadena expresó que su pretensión era “salvar al Cúcuta que está en una situación inviable. Había gente interesada pero no ponía el dinero. Lo primero es sanearlo económicamente. Segundo, armar un equipo con expectativas y que sea protagonista del torneo”.
Su presentación en la Alcaldía, sentado a la derecha del mandatario Donamaris Ramírez, fue una de las escasas exposiciones en público que ha hecho en la ciudad, porque en los meses siguientes solo se vio por la ciudad en la presentación del tercero de los cuatro técnicos que han pasado por el club durante su gestión.
A lo largo de su carrera como dirigente del fútbol colombiano, José Augusto Cadena ha personificado a la perfección dos papeles: de empresario y de villano.
Como empresario su trayectoria sin lugar a dudas ha sido exitosa. Siendo muy joven se hizo a la mayoría accionaria del Atlético Bucaramanga y después de manejarlo durante 6 años lo vendió.
Lo compró en la A y lo vendió en la B, y por ello la prensa, la afición y la ciudadanía bumanguesa no guardan los mejores recuerdos de su gestión.
Mientras fue el dueño de los ‘leopardos’, el equipo experimentó una serie de altibajos extradeportivos donde las decisiones de Cadena siempre fueron polémicas.
Despido de jugadores sin justa causa, denuncias de los mismos trabajadores del club por incumplimientos en los pagos de los salarios, y disputas por las alineaciones con los técnicos estuvieron siempre a la orden del día en el Bucaramanga.
En julio de 2012 compró el 46% de las acciones de Patriotas de Boyacá, pero un año más tarde sus desacuerdos con las autoridades departamentales lo cansaron y decidió vender su parte.
A finales de 2013 llega a Cúcuta con el rótulo de ‘salvador’, pero meses después su personificación se ve trastornada por sus polémicas decisiones y la ciudad entera empieza a verlo como un villano.
Durante sus dos años al frente del Cúcuta Deportivo, Cadena ha contratado cuatro directores técnicos y, con todos, la relación terminó por desacuerdos.
Denuncias de jugadores, empleados administrativos, técnicos y viejos acreedores del equipo han acompañado la gestión de José Augusto Cadena al frente de la institución rojinegra, pero nada ha hecho que cambie la forma de manejar su empresa.
No da entrevistas pero cuando habla no oculta su visión del fútbol como un negocio, y sus ganas de manejar un equipo Clase A, como lo es el Cúcuta para la Dimayor.