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Cúcuta Deportivo
Edwin del Castillo denuncia acoso laboral
El exjugador del Cúcuta Deportivo ahora trabaja como director técnico de las divisiones menores del equipo.
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Jairo Andrés Navarro
Miércoles, 2 de Diciembre de 2015

La actual administración del Cúcuta Deportivo, que desde el punto de vista deportivo ha tomado decisiones nefastas para la institución, sigue mostrando el poco respeto que tiene con la afición, y con los jugadores nacidos en la ciudad que tienen historia en el club.

Edwin Alberto del Castillo, volante cucuteño hecho en las escuelas de formación de la ciudad y que hizo parte del plantel que ascendió a la A, en 2005, se convirtió en un problema para la actual dirigencia rojinegra desde que no dejó que lo despidieran a finales de 2014 cuando todavía no se había recuperado de una lesión.

Edwin se lesionó el 1 de agosto de 2014 jugando un partido de la segunda división, y después de perderse los cuadrangulares de ascenso en enero de 2015 el cuerpo técnico le notificó que no iba a ser tenido en cuenta para jugar el próximo campeonato en la A.

“Yo lo único que les pedí fue que me hicieran los exámenes pertinentes para saber que estaba recuperado de la lesión. Ellos nunca quisieron hacerme los exámenes y me tocó acudir a la ARL para que me los practicaran”, afirmó el exfutbolista de 31 años.

En marzo de 2015, Del Castillo demandó al equipo, que a la fecha le debía cuatro meses de salario, considerando que en las condiciones de salud en que se encontraba a finales de 2014 no podía ser despedido de la institución.

Para que desistiera de la demanda, José Augusto Cadena, presidente del once fronterizo, le ofreció un contrato por un año como director técnico de la categoría sub-15.

Así bien, en los meses de septiembre y octubre el Cúcuta Deportivo no le pagó a Del Castillo su sueldo como entrenador de los juveniles y este se vio en la obligación de interponer una acción de tutela, “pidiendo que se me protegieran los derechos fundamentales a la vida digna”.

El 9 de noviembre, el juez cuarto civil municipal de Cúcuta falló a favor del ex mediocampista de Millonarios y América, y le solicitó al presidente de la institución rojinegra que le pagara a Del Castillo los meses que le debía. Días más tarde, el Cúcuta Deportivo impugnó el recurso de amparo.

Acoso laboral

Después de haber entutelado al club, y de que la justicia fallara a su favor, Edwin del Castillo ha venido padeciendo diferentes situaciones que ha puesto en conocimiento del Ministerio de Trabajo, porque considera que está siendo víctima de acoso laboral porque lo quieren aburrir.

“He recibido algunas presiones de ellos. Me llegaron a enviar hasta cinco memorandos, todos porque supuestamente no presenté un informe de trabajo que por ningún lado está contemplado en el contrato laboral”, asegura Del Castillo.

Adicionalmente, el sábado de la semana pasada, le notificaron que en adelante debía presentarse en la oficina del club, de lunes a viernes de 8:00 de la mañana a 12 del mediodía, y de 2:00 a 6:00 de la tarde; y los sábados de 8:00 de la mañana a 2:00 de la tarde.

“Mi contrato no manifiesta que yo tenga que presentar ningunos informes de trabajo. Las cláusulas son muy claras y dicen que yo tengo que asistir a los eventos, reuniones y partidos de la categoría sub-15 no más”, advirtió el exfutbolista, que elevó la queja ante el Ministerio de Trabajo, porque el Cúcuta Deportivo no tiene conformado un comité de convivencia laboral para presentar la queja por una posible situación de acoso laboral.

Durante su carrera futbolística,  Edwin del Castillo tuvo dos etapas con el Cúcuta Deportivo. Después de lograr el ascenso en 2005 pasó por Millonarios y Llaneros de Guanare (Venezuela) y en 2008 regresó al conjunto rojinegro. 

En 2009 y 2010 defendió los colores del Real Cartagena y del América de Cali, y en 2012 volvió al once de la frontera.

Ahora, Del Castillo espera que su situación se solucione de la mejor manera porque no está recuperado de su lesión en el cartílago de la rodilla derecha, y reconoce que se está convirtiendo “en un problema para el equipo”, pues como él mismo señala, “no me van a poder despedir tan fácilmente”.

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