Los cerca de 600 aficionados que acudieron este domingo al estadio para observar el encuentro entre el Cúcuta Deportivo y Atlético FC, estuvieron cerca de ver a los rojinegros tocar fondo en medio de su crisis deportiva, pues el compromiso frente al rival más flojo del Torneo Águila acabó complicándole la tarde, y haciéndolo sufrir hasta el final.
Pese a lo que se creía por tratarse del último equipo de la clasificación general, Atlético FC salió a plantarle cara al Cúcuta Deportivo, que tuvo un arranque irregular y tardó varios minutos en hacerse con la posesión del balón.
El estratega Miguel Augusto Prince usó el tradicional esquema táctico de cuatro defensores, cuatro volantes y dos delanteros, buscando un equilibrio en la zona medular de la cancha que en algunos segmentos del partido encontró, y cuando lo hizo pudo marcar diferencias.
Con el tanque lleno, los futbolistas motilones encontraron su pico de rendimiento a los 14 minutos de la primera parte, abriendo el marcador gracias a un preciso cabezazo del mediocampista Carlos Gallego, que después de convertir deambuló por el partido sin mucha incidencia.
A continuación de la anotación, los rojinegros cedieron la posesión del esférico y el visitante asumió el protagonismo, creándole peligro a la zaga local que respondió gracias a la jerarquía de los centrales Hugo Soto y John García.
Atlético FC ha sido a lo largo del Torneo Águila el equipo con el registro más perdedor, cayendo goleado en varios compromisos y sin haber sumado puntos hasta el momento con la mitad del campeonato jugado. Sin embargo, el domingo en el General Santander el Cúcuta permitió que su rival se tomara atribuciones, principalmente en el primer tiempo, y terminó exhibiéndose como el equipo chico de la confrontación.
Cúcuta no supo reaccionar a los embates del visitante y terminó rompiendo sus líneas, volviéndose un equipo quebrado y absolutamente desordenado. Así terminarían los primeros 45 minutos de juego, con el Cúcuta Deportivo sorprendido por un equipo que mostraba más garra que criterio futbolístico, pero que con eso le bastaba para crear aproximaciones y generar peligro.
Para la segunda parte la tribu motilona intentó recuperar el dominio de las acciones, pero Atlético salió envalentonado y se volvió a adueñar del balón, mientras intentaba con sus armas vulnerar el cerrojo rojinegro. A diez minutos de haber iniciado el segundo tiempo el técnico Prince enviaría al terreno de juego al delantero Brayan Lucumí, en reemplazo del lateral izquierdo Mauricio Duarte que tenía cartulina amarilla y estaba teniendo dificultades para frenar el avance rival.
Y como si le faltara presión al encuentro, la visita igualaría las acciones a través de un magistral cobro de tiro libre, que el jovencito Geimer Balanta clavó en el ángulo del arco defendido por el guardameta Sergio Avellaneda. En medio de una tarde que amenazaba con lluvia, el gol de Atlético caería como un baldado de agua fría sobre los pocos aficionados que acudieron ayer al estadio, y sobre el cuerpo técnico motilón que se vio obligado a mover las fichas de cambio.
Cinco minutos después del empate, el timonel motilón ordenaría el ingreso del delantero argentino Roberto Nanni por el mediocampista James Castro, y el local terminaría jugando con cuatro atacantes pero sin volantes de creación.
En adelante, el poco orden que le quedaba al partido se rompió y el Cúcuta se volcó contra el arco rival buscando la anotación del triunfo con más empuje que ideas claras, mientras Atlético aguantaba en su campo con dos líneas cerradas de cuatro volantes y cuatro defensores.
A falta de cuatro minutos para cumplir con el tiempo reglamentario, José David Lloreda aparecería, como en otras tardes, para salvarle los papeles al Cúcuta anotando el gol del triunfo después de una jugada de Brayan Lucumí por banda izquierda.
La mancha en la anotación de Lloreda llegaría con la celebración, pues el delantero corrió toda la cancha para gritarle el gol a la tribuna sur, llevándose una mano a la oreja dando a entender que no los escuchaba gritando y cantando.
Al término del encuentro los futbolistas rojinegros expresaron su inconformismo por la actitud de algunos espectadores que perdieron la paciencia con el empate parcial, y les lanzaron improperios a los motilones. El triunfo de este domingo fue el segundo del Cúcuta Deportivo en el torneo de la B, que no ganaba en casa por el campeonato de la segunda división desde el pasado 6 de marzo, cuando venció 2-0 a Tigres.
Los motilones quedaron ubicados en la treceava posición de la tabla con nueve unidades, y el próximo sábado visitarán a Orsomarso SC, en Palmira, por la décima fecha del torneo.