El 2006 fue el año más exitoso del Cúcuta Deportivo en toda su historia. Regresó a primera división después de nueve temporadas en la B, llegó a las finales de la Copa Mustang I y se consagró campeón en el segundo semestre, hecho que le permitió jugar la Copa Libertadores 2007.
En lo deportivo, los logros hicieron que ese periodo de tiempo fuera redondo. Pero como de costumbre en el rojinegro se presentaron incidencias en las decisiones directivas.
Una de ellas fue la que tuvo el arquero argentino Germán ‘Tito’ Caffa, quien llegaría al cuadro motilón con el fin de reforzar el arco, que en ese momento era defendido por el chocoano Williers Valencia, con miras al segundo semestre.
En los planes del cuerpo técnico encabezado por Jorge Luis Pinto, luego de terminar el primer semestre, estaba la idea de contratar a un arquero y un delantero.
En la tarea de encontrar jugadores en esas posiciones, la dirigencia buscó por un lado, mientras el asistente técnico Germán ‘El Burrito’ González por otro.
Estar jugando en Olimpia, el club más grande de Paraguay y entre los mejores del continente, hizo que la dirigencia se fijara en Caffa.
“Militaba en Olimpia, pero ya se me terminaba el contrato. En eso, mis representantes recibieron una propuesta del gerente deportivo Juan Manuel Villamizar, para ir al Cúcuta Deportivo. Yo un poco verde (falto de madurez o joven), pensé que era una propuesta sería y llegaría a la ciudad a firmar”, contó el argentino que actualmente juega en Atyra de la segunda división paraguaya.
Cuando Caffa llegó a Cúcuta, en los primeros días de julio del 2006, fue recibido por la prensa que creía que su traspaso al rojinegro era un hecho.
“Recién llegué, percibí algo raro. Me hospedé en un hotel y entrené por dos días sin el técnico. En esos entrenos no recibí llamados del club y al no tener nada firmado exigí el contrato para continuar entrenando. Justo en ese momento me di cuenta que estaba como en un prueba y de inmediato no quise continuar. Renuncié a un campeón del mundo para ir al Cúcuta y terminé fue engañado”, confesó Caffa quien no duraría más de una semana en la ciudad.
En medio de esa confusión, el experimentado arquero que hoy tiene 40 años, llamó a Pinto quien se encontraba en el Mundial de Alemania y descubrió que no estaba en los planes del estratega.
“Hablé con Pinto y me dijo que no me conocía. A mí me habían dicho que el técnico me quería. Me comí un terrible engaño de los directivos. Fue una muy mala experiencia en mi vida”, expresó el guardameta.
En medio de ese estado de impotencia, Caffa intentó comunicarse con los directivos, pero nunca obtuvo respuesta.
“Llamaba al gerente deportivo y no me contestaba. Te juro que si lo veía, lo molía a golpes porque lo que me hizo a mí, fue algo fuerte”, recordó con malestar el arquero quien jugaría años más adelante con La Equidad y Cortuluá.
A la pregunta de cómo salió de la ciudad, entendiendo que no había comunicación con el club, Germán narró el incómodo momento.
“Estaba en el hotel, sin un peso, porque el trato era que al yo llegar firmaría. Quería irme rápido a buscar otro equipo. De repente llegó una persona en una moto y me entregó un sobre en el que venía mi tiquete. Nadie llegó del club. No hubo una llamada”, relató el guardameta quien vio en Cúcuta una buena oferta en un año en el que se iba a casar.
Luego de ese incidente, Caffa encontró una oportunidad en el Palestino de Chile.
Sobre como describe la situación vivida afirmó que “es como que tú renuncies al mejor trabajo que tengas y de golpe te quedas sin nada. Fue una de las experiencias más malas. Nunca había vivido algo así. Fue algo muy raro”.
Asimismo confesó que se quería quedar por “el calor de la gente, el clima de la ciudad y el estadio”. Además, añadió que se vio motivado por los colores rojinegros, mismos de Newells Old Boys de Argentina, equipo del que es hincha.
Sin consulta previa
Esta historia coincide con el relato de El Burrito González quien en la nota ‘Confidencias del Burrito en el Campeonato del Cúcuta Deportivo’, afirmó que la traída de Caffa fue sin consulta previa.
Tras finalizar el mundial, Pinto llegó a la ciudad y de inmediato se reencontró con su asistente para posteriormente reunirse con los dirigentes del club.
“De camino a la reunión le dije que ya tenía algunos nombres, pero no le comenté quiénes eran. Cuando llegamos, la dirigencia había traído al argentino Germán Caffa sin consultarnos. Nos paramos al frente y empecé a decir que ya tenía listos a dos jugadores que estaban en Cali y que nada más era que autorizaran y venían. Dije: Blas Pérez y Robinson Zapata y me empezaron a tratar como si no estuviera hablando en serio”, contó González en la nota hecha por este medio.
Finalmente, Zapata y Pérez llegaron al club y se convirtieron en piezas claves para la consecución del único título en primera del Cúcuta.
Caffa, en Colombia
El impase en el Cúcuta Deportivo no fue impedimento para que el argentino jugara unos años más adelante en el Fútbol Profesional Colombiano.
En el 2010, llegó a La Equidad luego de tener una buena presentación en la Copa Libertadores con Nacional de Paraguay, en donde enfrentó al Once Caldas.
“El profesor Juan Carlos Osorio, técnico del Once en ese entonces, y el entrenador de arqueros Mario Marín se fijaron en mí y querían llevarme al equipo de Manizales. En caso de que Neco Martínez se fuera al fútbol turco, yo llegaba al Once, pero el terminó renovando. Alexis García y Carlos ‘Panelo’ Valencia, de Equidad, también me había visto y decidieron llevarme”, afirmó.
En su paso por el equipo asegurador fue subcampeón de la liga y jugó como sudamericana. “Fue una experiencia maravillosa. Equidad es una institución pequeña pero muy grande en infraestructura organización, profesionalismo y respeto”.
Su segunda experiencia fue con Cortuluá, en el que jugó en 2017 y 2018.
“Fueron seis años después de estar en Equidad. Jamás pensé que volvería a Colombia pero por fortuna se medió y llegué a un club pequeño pero sinceramente muy bien organizado”, aseguró Caffa quien contó que cuando enfrentó al Cúcuta y vino a la ciudad, se reunió con Hugo Lóndero, compatriota suyo que lo atendió muy bien en el 2006.
En el cuadro vallecaucano jugó con Mauricio Duarte y Diego Chica.