En Norte de Santander, muchas han sido las víctimas del conflicto armado, donde habitualmente la presencia de grupos ilegales hace que personas inocentes vivan en carne propia el sufrimiento de una guerra que ellos no iniciaron. 

Hoy en día, esto no ha sido un impedimento para que estas mismas personas decidan dejar atrás ese capítulo amargo y logren reinventarse creando iniciativas que los impulsen a mejorar sus condiciones de vida y a enseñarles a los demás que el título de ‘víctima’ es un impulso para dignificar sus historias.

En este caso, las mujeres del corregimiento de Palmarito, han buscado alternativas como formar asociaciones que les brinden ayudas no sólo a ellas, sino también a sus familias.

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Las dos asociaciones que protagonizan esta historia, han podido recibir ayudas y beneficiarse con los proyectos productivos del campo que la Secretaría de Posconflicto y Cultura de Paz del municipio ha creado teniendo en cuenta las ganas de salir adelante de estas mujeres ubicadas en la zona rural.

Dentro del proceso reciben acompañamiento y capacitación desde diferentes ámbitos profesionales tales como: Producción avícola, zootecnia, contaduría, producción industrial, administración de negocios con estructuración económica y marketing digital. 

Mujeres Por la Paz

Ubicadas en el corregimiento de Palmarito, 27 mujeres le dan vida a esta asociación. La iniciativa de formar un grupo se dio a partir de un llamado que les hizo la señora Emilde Usuga, quien en ese entonces era líder de la región. 

A partir de ahí, nació la asociación de ‘Mujeres por la Paz vereda El Amparo del corregimiento de Palmarito’, fundada hace cuatro años con el propósito de aprovechar los proyectos y emprendimientos que conocían para fortalecer su grupo.

Desde entonces, no han parado de trabajar y luchar incansablemente. 

Hoy en día, hacen parte de las dos asociaciones de mujeres de la zona rural que hacen parte de proyectos de la administración municipal gracias a su labor y constancia.

Una vez iniciaron este recorrido, decidieron que el nombre del proyecto de la asociación fuera Avipaz, donde su actual unidad productiva es el engorde de pollos.

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“Después de escoger tantos nombres, optamos por Avipaz porque se enfoca y tiene relación con el nombre de la asociación y de las aves” mencionó Jessica Ariza, asociada.

Según manifestaron las mujeres, decidieron arrancar con estos animales porque tiempo atrás venían pensando en hacerlo y al presentarse la oportunidad no quisieron desaprovecharla.

También, son parte de un emprendimiento de panadería y repostería, donde actualmente seis de ellas trabajan y se encargan de hacer pan, tortas de cumpleaños y postres para ocasiones especiales.

Su motivación más grande son sus familias e hijos, por ellos se reinventan cada día para generar ingresos y mejorar su calidad de vida. Asimismo, buscan crecer como mujeres emprendedoras y salir adelante con sus proyectos.

“Nosotras invitamos a todas las mujeres de la zona rural a que se vinculen a las asociaciones para poder generar empleos y salir de la rutina de todos los días, tener más oportunidades como mujeres y echar para adelante”, aseguró Elvia Rojas, representante legal de Asomupvea.

Mujeres de Palmarito

Son aproximadamente 16 años construyendo un legado en su comunidad donde prima el rol participativo de la mujer. 

La asociación de Mujeres de Palmarito, se identifica con pilares como la fuerza, liderazgo y organización.

Entre jóvenes, adultas y adultas mayores, 28 emprendedoras se esfuerzan diariamente para que la sociedad no las revictimice sino que les brinde la oportunidad de mostrar sus capacidades. 

Ellas también hacen parte de la red de proyectos contando con la unidad productiva de engorde de cerdos. Con este proceso esperan poder obtener ventas en la zona rural de Palmarito y algunos consumidores de la zona urbana de Cúcuta.

“Nos enteramos de la convocatoria por medio de las redes sociales, nosotras ya sabíamos de la metodología porque el año pasado también nos postulamos pero no quedamos, lo intentamos, persistimos y fuimos seleccionadas”, afirmó Nelly Quintero, representante legal de Asomupal.

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Según Nelly, con este proyecto la asociación puede desarrollarse en la zona, teniendo en cuenta que son pocas las personas que se dedican al trabajo con los cerdos. 

En el mes de diciembre les entregarán los animales para dar inicio con el proyecto, mientras tanto, aprenden y conocen todo lo relacionado con el manejo, vacunación, cuidados y alimentación. 

Dentro de su trayectoria, han trabajado en la elaboración de artesanías en madera, específicamente en los productos de puertas, mesas, closets y estructuras de casas; reforestación ambiental, confección y engorde de pollos.

Actualmente estas mujeres emprendedoras buscan posicionarse en las redes sociales, encontrando allí una oportunidad para mostrar los avances y la evolución que han podido lograr con su asociación.

“La idea es lograr grandes cosas como mujeres, tener recursos y no depender de nadie, algunas son madres cabeza de hogar y este proyecto es de gran ayuda”, puntualizó Quintero.

Sin importar lo difícil que sea el acceso a internet en el lugar donde residen, decidieron que su trabajo se difundiera a través de las plataformas de Facebook e Instagram.

Así, esperan llevar un mensaje de amor, entrega y sacrificio a las demás mujeres que como ellas,  quieren tener sus propios negocios. 

De igual manera, más adelante quieren ver en estos medios, la oportunidad para enseñar su producción porcina y lograr ventas. 

Estas dos asociaciones, trabajan arduamente para olvidar el pasado y forjar las bases de un futuro prometedor, donde el conflicto sólo sea la página de sus vidas que las motivó a transformarse.

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