De los años mozos en los que vivir en el barrio Los Caobos era paz y tranquilidad, ya no queda nada. Varios problemas afectan a la comunidad, que poco a poco está abandonando el barrio porque ya no puede más con los habitantes de la calle y que hagan sus necesidades básicas en sus casas, con el consumo de drogas, con la inseguridad, el ruido excesivo, los vendedores ambulantes y hasta el microtráfico.
“Esto era un barrio residencial puro, habitado por comerciantes y profesionales de todo tipo, desde tiempo atrás habían hecho sus casas grandes y bonitas, con antejardines, todo muy bien cuidado y era un barrio silencioso y armonioso, daba placer vivir aquí, pero hace 15 años empezaron a venirse como una marea, las problemáticas del Centro y nos están inundando”, contó Humberto Galvis, residente hace 33 años en el sector, líder social e integrante de la Junta de Acción Comunal (JAC).
Por la “marea”, Galvis hace alusión a la problemática principal: los habitantes de la calle, pero también a los consumidores de drogas, al expendio de las mismas, a la contaminación ambiental y auditiva por parte de vendedores ambulantes, esta última, en especial, porque molesta a las personas que están hospitalizadas en la Clínica San José y también a los adultos mayores que aún viven ahí y a quienes en estos tiempos hacen trabajo en casa. El miedo más grande de los residentes del sector, es que se convierta en un barrio como el Centro, La Merced, El Llano y Latino, que en sus “buenas épocas” eran residenciales y “muy bonitos”, pero por la comercialización del sector, eso cambió.
“La gente está abandonando sus casas por ese miedo, tenemos múltiples casas abandonadas, ahí es donde llegan los habitantes de la calle a dormir, a hacer sus necesidades, es algo asqueroso, vivimos con arena para poder tapar y no debería ser así. Todo el valor de esas casas disminuyó, ya la gente no está comprando en el barrio porque todo se desvalorizó y ya no es residencial, ya nadie va a comprar casas que costaban $800 millones o $1.000 millones que hasta piscina tenían, porque ya se devaluaron, ya no valen eso”, precisó el líder.
Otra cosa que parecería no ser un problema, es la llegada de entidades como Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), Entidades Prestadoras de Salud (EPS) y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), pues eso incentiva el arribo de vendedores de comidas ambulantes y de personas que piden limosna o que trabajan en la informalidad cantando en semáforos y demás. En varias oportunidades los miembros de la JAC se han reunido a socializar la difícil situación que viven, y además han pasado múltiples solicitudes a las autoridades para que no los abandonen, atiendan sus problemas y les ofrezcan soluciones pertinentes y efectivas.
Con respecto a la invasión de espacio público, manifestó que ya no hay nada que hacer, “pero le pedimos a las autoridades de Tránsito que hagan más presencia, sobretodo en la calle 13”.
“La 13 debería ser netamente una arteria vial y no de parqueo, deben obligar a la gente a pagar parqueadero, pero el cucuteño es muy desordenado, deja el carro y dice que ya viene y lo deja ahí una hora mal parqueado, porque no hay autoridad que lo sancione, que venga y le ponga un parte”, señaló Galvis.
Las actividades con los habitantes de la calle
Para trabajar en mitigar la problemática de los habitantes de la calle que no solo afecta a Los Caobos, sino a toda la ciudad, desde el Departamento Administrativo de Bienestar Social realizan diferentes actividades mediante el programa Habitante de la Calle.
“Generamos acciones operativas en la calle y de atención integral en casa, tenemos nosotros un espacio acá que es el Centro de Atención Integral al Habitante de la Calle en el que las hacemos constantemente. Tenemos un cronograma semanal en el que la mayoría de las acciones están en la Comuna 2, donde está Los Caobos, pero el fenómeno, por ser zona de frontera, está desbordado”, explicó Juan Raúl Santaella, coordinador del programa. Otra situación, según el funcionario, es que el Parque Lineal, que era un lugar donde ellos habitaban fue desalojado y como ellos buscan corredores económicos en Caobos tienen la 0, así que ellos se están yendo hacia allá.
“Nosotros en los operativos que hacemos mañana, tarde y noche y les proponemos la oferta para que tomen los servicios e inicien el proceso de resocialización y está en nosotros persuadirlos y convencerlos, pero más allá está la ley y esta no nos deja actuar, nos limita y estas decisiones de la Corte e incluso la misma Constitución, no nos dejan a nosotros obligarlos a tomar los servicios y a mantenerlos en la casa encerrados, eso produce una barrera”, sentenció Santaella. Asimismo, están creando una estrategia para intervenir el barrio de manera más efectiva.
“Dentro del plan, por ley, hay una corresponsabilidad, y los actores para abordar el fenómeno de habitante de la calle, son tres: la institucionalidad, la empresa privada y la misma comunidad. El pato no nos lo pueden echar todo a nosotros como institución, armaremos una mesa de trabajo con Los Caobos y vamos a escuchar las solicitudes y requerimientos para luego exponer lo que hemos hecho, porque el trabajo ha sido mucho, aunque la comunidad no lo reconozca”, finalizó el representante de la Administración.
Esta redacción llamó en reiteradas ocasiones al subsecretario de Convivencia Ciudadana, Edwin Moreno, y con el secretario de Seguridad Ciudadana, Alejandro Martínez, pero no fue posible establecer contacto.
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