1. Loma de Bolívar y 28 de Febrero, hermanos en historia y problemáticas
Doscientos ocho años en una mirada al pasado, se libraba uno de los combates más decisivos para el futuro de Colombia y la libertad de las naciones: la Batalla de Cúcuta. En el lugar de la batalla, hoy se erige un legendario monumento en remembranza del hecho, donde limitan los barrios hermanos que, en sus nombres, mantienen viva esta esencia: 28 de Febrero y Loma de Bolívar.
Sin embargo, habitantes de ambos barrios manifiestan con tristeza e inconformidad que este desfile solo es centro de atención del gobierno local y regional en cada aniversario de la Batalla, mientras que el resto del año se sumen en el pudor del olvido, con necesidades urgentes de seguridad que nunca son atendidas.
2. San Miguel, horma de la industria del calzado en Cúcuta
San Miguel, barrio de reconocida trayectoria por su tradición y aportes a la industria del calzado, inició en una finca llamada Santa Bárbara, de donde se expandió una invasión entre 1928 y 1930. Los primeros fabricantes de zapato viajaron a Bogotá para traer nuevas tecnologías que hoy en día permitieron impulsar la industria en el barrio.
Ahora, calles y escenarios deportivos necesitan pronta intervención, al igual que las vías. El alumbrado público es deficiente.
3. Los Caobos, asediado por invasores
Para los habitantes de Caobos, en la comuna 2 de Cúcuta, usar su propio espacio público y caminar tranquilos por las calles se ha convertido en un problema. Sumado a la inseguridad que se ha tomado su barrio, la constante presencia de habitantes de calle les genera temor. Siendo un barrio residencial estrato 5, manifiestan que los impuestos no se justifican para tantos problemas.
4. ¿Qué ha pasado 3 meses después de la tragedia de Los Arrayanes?
Los Arrayanes, una urbanización que surgió como concepto pionero de un modelo vivienda diferente en Cúcuta, el 17 de noviembre de 2020 vivió uno de los capítulos más oscuros de su historia tras el desborde de la quebrada Tonchalá. Tres meses después de graves afectaciones a las estructuras, hoy la comunidad lucha por recuperarse de la tragedia y enfrenta un nuevo problema que podría terminar en otra catástrofe.
5. Santa Lucía, invisible para el municipio
Como una iniciativa de vivienda por parte de Centrales Eléctricas de Norte de Santander (CENS), Santa Lucía se extiende a través de cuatro manzanas y recibe su nombre en honor a la mártir religiosa Lucía de Siracusa, patrona de la visión. Unas de sus mayores problemáticas son el abandono municipal y la afluencia de habitantes de calle en focos de inseguridad que generan temor en los residentes.
