Una hilera de 170 cuadros colgados en una pared sobre la calle Once con avenida Cero adorna la belleza de Cúcuta día tras día. Los responsables de esta explosión artística son Diana Cáceres, Gonzalo Ramírez y Marlon Cáceres, una familia que desde hace cinco años ocupa este espacio.
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Los esposos, desde siempre, se han dedicado a trabajar con decoraciones y artesanías; fueron sus mismos clientes y amigos quienes les dieron la idea de vender pósteres e íconos en retablos, que evocaran personajes y paisajes de épocas recientes y pasadas.
De ahí nació Íconos posters, un emprendimiento consolidado a nivel nacional. Aunque relatan que al principio no les fue fácil conseguir las ventas y, a su edad, familiarizarse con el mundo de la cultura pop, hoy los resultados son satisfactorios.
“Lo que hacemos es para contribuir con la cultura, una reminiscencia de lo que fue. Nos agrada que las personas nos han apoyado mucho, e incluso nos aportan ideas para algunos cuadros nuevos”, contó Ramírez.
Alterno a esto, también hacen trabajos fotográficos cuando son requeridos. Llama tanto la atención la labor de la familia que a nivel nacional han sido contactados para ser partícipes de exposiciones de arte en Bogotá, Bucaramanga, Medellín e, incluso, en Venezuela.
“Los organizadores de las ferias nos invitan a dar charlas. Al Centro de Ferias (Cenfer) de Bucaramanga solíamos ir para septiembre o Semana Santa, pero desde la pandemia se han encarecido los pasajes”, manifestó Diana Cáceres.
Un proceso artesanal
Con material 100 por ciento colombiano, la familia fabrica estos cuadros a mano. Primero, el proceso inicia con una edición digital y luego se pega en un retablo de 30 por 44 centímetros, aunque también manejan medidas personalizadas.
“Tenemos en cuenta la calidad y hacemos énfasis en el acabado de la obra, que es lo más importante para brindar satisfacción a nuestros clientes. Una vez la imagen ya está editada, nos toma dos a tres horas hacerlos”, dijo Ramírez.
Es durante la noche cuando se dedican a esta labor, un proceso que suele extenderse hasta las 10:00 o 11:00 de la noche. Durante el día, permanecen en su puesto de trabajo sobre la calle 11, desde las 9:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.
Tan pronto llegan, les toma un tiempo aproximado de dos horas colgar los 170 cuadros sobre ganchos ensamblados en una malla, luego la malla la insertan en la pared; en desmontarlos, se extienden al menos una hora.
Conozca: estos cuatro trigueros han mantenido viva la tradición de su oficio en el parque Santander.
Su permanencia en el sitio es gracias a un permiso concedido por las monjas del colegio Normal Superior, donde ocupan una pared externa.
Durante la pandemia tuvieron que resguardarse siete meses en su casa, pero poco a poco retomaron ventas con incertidumbre y expectativa, pues con este oficio es que han encontrado el sustento diario y han logrado impulsar los estudios de su hijo.
Conocer la cultura
Aunque Diana y Marlon (hijo) son cucuteños, Gonzalo es oriundo de Bogotá, y cuenta que parte de lo más satisfactorio de su trabajo ha sido poder conocer la cultura de la capital nortesantandereana.
“Muchas personas que se han interesado en nuestro trabajo suelen aportar ideas para crear pósteres con temas locales, como personajes, paisajes e historia”, dijo Ramírez.
Algunas de esas sugerencias hacen parte de su catálogo virtual en su cuenta de Instagram de @iconosposters, en la que poseen alrededor de 5.000 estilos diferentes.
“Ha sido un trabajo cultural, aquí aprendemos de la gente y la gente de nosotros”, concluyó Diana Cáceres.
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