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Cumbre del Norte, un barrio sin legalizar, pero que tiene su propio cementerio
El cementerio Golgota es reconocido por darle siempre un lugar digno a los fallecidos, aunque sus familias no tengan recursos suficientes.
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Darlin Ramírez
Darlin Ramírez
Martes, 12 de Julio de 2022

En lo más alto de la Comuna 6, se encuentra ubicado el asentamiento humano Cumbres del Norte, un sector lleno de necesidades y donde aún predominan las viviendas hechas en tabla y lámina. 

La zona se caracteriza porque los vecinos siempre están en sus viviendas encerrados y los que más recorren las calles son los perros y gatos. 

Mérida Salcedo, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC), contó que el sector no ha avanzado mucho pese a que llegó a vivir ahí hace más de 15 años. Entre los cambios más notorios del asentamiento figuran la gran cantidad de población migrante y el aumento de la inseguridad. 

“Aquí nos hace falta pavimento porque siempre hay muchas zonas sin pavimentar, tampoco hay manejo de aguas negras, en la mayoría de casas se tienen pozos sépticos, la luz y el agua sí han mejorado, pero hay mucha inseguridad, mucho atraco, mucho vicio”, contó la líder comunal. 


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Sin embargo, en ese sector no se puede hacer inversión por parte de la administración municipal, ya que no se encuentra legalizado y ni siquiera hay un proceso en marcha, tal y como confirmó Marcela Rodríguez, directora del Departamento Administrativo de Planeación Municipal (DAPM).

“En cuanto al caso del asentamiento Cumbres del Norte, el DAPM no ha iniciado el proceso de legalización, dado que no se ha solicitado por parte de la comunidad mediante un oficio formal. Sin embargo, la administración municipal está presta a atender a la ciudadanía, a partir del momento que esta lo requiera”, manifestó la funcionaria. 

Asimismo, Rodríguez invitó a los asentamientos interesados en iniciar la legalización de sus predios, a solicitar el trámite por escrito, como lo establece la Ley 2044 de 2020, el decreto 149 de 2020 y el decreto 1077 de 2015.

Por su parte, la presidenta de la JAC destacó de su barrio, la mejora que ha tenido -en los últimos años- el cementerio Gólgota, un espacio que cuenta ahora con mejor administración y donde ayudan a las personas que no tienen recursos para darle cristiana sepultura a sus seres queridos. 


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El cementerio de la gente

Caminar por el cementerio Gólgota actualmente es totalmente diferente a como era hace unos años, cuando estaba totalmente abierto, los consumidores de drogas lo invadían y hasta se encontraban a diario fetos en frascos. 

Jesús Alirio Barbosa, más conocido como ‘Chucho’, trabaja en el cementerio desde hace 14 años como sepulturero y recordó que ahí no había nada. 

“Hace 14 años que llegué no había nada, no estaba este piso, había más árboles, no había cerca, muchas de estas bóvedas no estaban, era totalmente abierto, la gente se saltaba y entraba por dónde quería, pero ahora ha ido avanzando mucho, se ha recaudado y con eso se mejoró, se le metió la cerca, se arregló el portón, se ha arreglado todo y está mucho mejor”, precisó Barbosa. 

Destacó que todo lo que se recauda, que es un valor mínimo en comparación con los cementerios Central, La Esperanza y Los Olivos, se invierte en el mismo camposanto para así, brindarles unas mejores condiciones a los seres queridos de los fallecidos allí enterrados. 


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Son varias las personas que permanecen en el Gólgota apoyando a las labores para su mantenimiento, algunos están encargados de la capilla donde todos los lunes hacen una eucaristía en honor a la ánimas, hay tres obreros haciendo arreglos o mejoras en las bóvedas existentes o construyendo algunas nuevas, otros tres jóvenes barren las zonas comunes, y así entre todos sacan adelante el cementerio a donde llegan las personas que no tienen cómo pagar la muerte de sus familiares. 

Algo que recuerdan algunos de los vecinos es que en pandemia a diario llegaban entre seis o siete cuerpos para que fueran sepultados, muchos, sin pagar, ya que recibían y aún reciben la colaboración del administrador,  Juan Arias. 

Actualmente, sigue siendo así, una bóveda cuesta $400.000 y un osario unos $250.000 y los pueden tener para siempre.

“Mucha gente que no tiene recursos aquí se le colabora y tiene su pariente, vienen cuando quieren a visitarlo, no hay problema de nada, solicitamos que pidan permiso para hacer cualquier arreglo, todo funciona muy bien, no hay relajo, todo es bonito, todos los días hay muchachos aquí pendientes de todo, que me colaboran, aquí es muy sano, nadie se roba nada ya”, expresó ‘Chucho’.


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En el cementerio, levantado en un área de dos hectáreas, hay aproximadamente 1.200 bóvedas. Según el sepulturero nunca ha visto nada raro, nunca lo han asustado, no hay leyendas ni mitos alrededor de la historia de este espacio y está seguro que las ánimas “no hacen daño”. 

“Para mí eso es mentira, yo tengo muchos años aquí y no he visto nada, nosotros solo estamos trabajando, somos gente humilde, todo bien, yo soy devoto a las ánimas, vengo a cualquier hora, prendo y apago luces, llevo 14 años y nunca me han asustado, lo único que veo es gente venir a visitar a sus seres queridos, me cuentan cosas, pero para mí eso es mentira”, manifestó Barbosa. 

Agregó que el señor Arias ayuda a todas las personas, por eso, quien sea que necesite, en el Gólgota le tenderán siempre la mano.

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