Cómo pasa el tiempo. Ahora el 4 de julio de 1991 la Constitución cumplirá 30 años. Entre tanto, el 2 de noviembre de 1995, asesinaron a uno de sus presidentes, al doctor Álvaro Gómez Hurtado, que fue un crimen de Estado. ¡Y qué paradoja! Justo cuando salía de clase en La Universidad Sergio Arboleda, luego de explicarles a los muchachos la historia del arte barroco.
Otros treinta y dos constituyentes, han fallecido, entre ellos, el expresidente Misael Pastrana que insistió hasta el último momento que se facilitara la presencia de las FARC en la asamblea. Si lo hubiésemos atendido, el proceso de paz sería más sólido.
Treinta años en los cuales la Constitución soñada, colecciona 56 reformas, o la expresión inusitada de la ausencia de un concenso nacional. ¿O un consenso artificioso? La ANC- Asamblea Nacional Constituyente aparentaba nacer de negociaciones con grupos guerrilleros, diálogos con los narcotraficantes esperanzados en amnistías y desmovilizaciones, todos juntos: M-19, EPL, La gente del Quintín Lame, el PRT partido de los trabajadores con coincidencias sospechosas, como la de que 19 de junio que mostró a Pablo Escobar entregándose, justo cuando se aprueba el artículo 35 que prohibió la extradición de nacionales.
De todas formas, por imperfecta que hubiese quedado no hay explicación racional de las 56 reformas sobre medidas para cada Presidente que pasa, con miserias y vanidades tipo Ubu Roi. Ni para el congreso que a trueque presupuestal se postra de hinojos para reformar. Un día el doctor Gómez Hurtado expresó que era posible que “no todo”, hubiese quedado bien diseñado. Ciertamente los artículos que van del 374 al 379 por ejemplo quedaron imperfectos.
Hubo muchos sabios y prudentes aciertos. La arquitectura económica que ensamblaron el cofrade Palacios Rudas y Gómez Hurtado, sigue sólida a pesar de las conspiraciones de las extremas, con una Banca Central fortalecida y una estrategia cafetera resistente a las tormentas.
El M-19 aún tenía ribetes románticos, con poetizas como María Mercedes Carranza y con contradicciones internas que llevaron a la Asamblea a Francisco Rojas Birry en la lista indigenista, condenado después por corrupción. Lograrón casi el millón de votos.
La Unión Patriótica convocaba por todas partes, a tal punto, que conservadores progresistas como el canciller Alfredo Vázquez Carrizosa llegaron por ella a la constituyente.
Colombia pareció vivir un sueño. Todos convocaban. Alberto Zalamea Borda llegó a la Asamblea Constituyente de la mano con Gómez Hurtado. Pasamos de un país gobernado por el Estado de Sitio, con desigualdad extrema, confesional, anti ambiental, de centralismo asfixiante y feudal y régimen presidencial de nostalgias monárquicas y un bipartidismo sectario, a otro desordenadamente garantista.
Sí. Hoy la Constitución está vuelta trizas por un congreso clientelista, que en treinta años, la volvió una gelatina.
Adenda. Hoy me vacuné. Cucuteño vacúnese. No se deje manipular por la redes. La desinformación, es otra muestra perversa de la ignorancia.
