Nunca antes se nos anunciaban las visitas presidenciales con tanta anticipación, lo que en estricto sentido debe ser un factor a favor de la región, pues tenemos el tiempo suficiente para depurar iniciativas y presentar de manera seria y coherente una propuesta de desarrollo regional que sea incluida en el Plan de Nacional de Desarrollo. El presidente Iván Duque, anunció desde su campaña que al día siguiente a su posesión, estaría en el Catatumbo, presidiendo un consejo de seguridad y escuchando a la región.

Desde el anuncio hasta la fecha de la reunión pasaron más de seis meses y los dirigentes regionales no tuvieron la capacidad de estructurar proyectos y hacerle entrega como departamento de los mismos, solo fueron a llevarles artesanías y cortados, creyendo que con eso se construye desarrollo. 

En la visita al Presidente debió entregársele la estructuración y diseño de la vía Astilleros – Tibú y solicitarle la inversión necesaria para verla hecha realidad. Sino se tenía esa capacidad, por lo menos debieron desempolvar los viejos diseños de cerca de 13 de los 18 pontones que Ecopetrol estructuró en el pasado y avanzar de manera decidida a la consolidación y mejoramiento de este importante corredor vial. Hoy la problemática estan grave, que ya se registran hechos de vandalismo que dan cuenta que algunos migrantes están robándose los tubos de perforación con los que están hechos los pontones, para venderlos. 

Vino el Presiente Iván Duque y se tomaron unas cuantas fotos, le agradecieron por venir, pero no se le planteó ninguna inversión seria que genere desarrollo. Creo firmemente que el Presidente Duque está comprometido con el Catatumbo y quiere hacer algo por su gente, pero los que no saben pedir son nuestros dirigentes.

Ahora vendrá a finales de noviembre a Cúcuta y se repetirá la tristísima historia, el puente sobre el rio Zulia ya debería tener estudios y diseños para gestionar los recursos para la construcción de un nuevo paso, en vez de gastar inmisericordemente plata en reforzamiento y mantenimiento a una estructura que está a punto de colapsar. 

Si queremos inversión, tenemos que hacer proyectos de verdad. Contratarlos con recursos del Sistema General de Regalías, para poder gestionarlos a nivel nacional y cofinanciarlos de ser necesario para hacerlos realidad. No podemos seguir pidiendo dinero con ideas (algunas locas) y menos aún con una totuma como si se tratara de una limosna. El desarrollo requiere planeación y no discurso.

No perdamos la oportunidad, que la vista presidencial sea una verdadera mesa de trabajo y no una reunión de soba chaquetas diciendo como va de bien el proceso migratorio de la región y otras mentiras más.Definamos prioridades de inversión, donde el puente del Zulia y los18 pontones de la vía Astilleros -Tibú sea una indeclinable petición para la dignificación de una zona productora, pero abandonada. No permitamos que nuestros dirigentes hagan que esta sea otra simple visita presidencial.