La crisis que vive Venezuela hace rato pasó de ser un problema nacional a generar complicaciones para la región, pero además dejó de ser una molestia exclusiva de los países suramericanos para convertirse en una preocupación mundial, por todo lo que allí está ocurriendo en materia de violación de derechos y libertades de los ciudadanos, en el cambio de un sistema democrático a un régimen dictatorial disfrazado de socialismo y por la convulsión económica que transformó un país que tenía unas finanzas fuertes, en un territorio donde comer bien y acceder a las necesidades básicas es un lujo.
La reelección de Nicolás Maduro hasta el año 2025, permite prever que será aún más grave esa crisis en los próximos años. En Venezuela se percibe un panorama aún más oscuro, ante las sanciones internacionales que fueron anunciadas por la comunidad mundial si no se reestablece la democracia convocando a nuevos comicios con las garantías suficientes para que todos los sectores tengan participación, situación que es imposible en el contexto actual en el que los dirigentes del chavismo son apoyados por la Fuerza Armada Nacional que ejerce represión a quienes están en contra del régimen de Maduro.
Con los pronunciamientos de Estados Unidos y la Unión Europea, que anunciaron más bloqueos a la economía venezolana, no parece posible que se pueda detener la vertiginosa caída de sus finanzas y el crecimiento de una inflación descomunal que, según datos del Fondo Monetario Internacional, estará por el orden del 13.800 por ciento para este 2018.
Las consecuencias de la debacle de nuestro vecino no afectan solamente a esa nación, los países de la región ya están sintiendo la crisis migratoria con todos los problemas que ello conlleva y se teme que, a raíz de las recientes elecciones, el éxodo será mayor.
En Colombia las poblaciones fronterizas, especialmente Cúcuta, llegaron al límite de su capacidad para recibir extranjeros, pues no cuentan con la infraestructura necesaria para brindar el apoyo humanitario que se requiere. Adicionalmente llegan personas cuyo objetivo no es buscar oportunidades de subsistencia por medio de un trabajo remunerado, su meta es conformar bandas de delincuencia, circunstancia que agrava el contexto de inseguridad, prueba de ello son los operativos adelantados por la Policía en los que han sido capturados ciudadanos venezolanos.
Es inquietante ver un país con grandes reservas petroleras y numerosas riquezas en esa situación de pobreza, a la vez se constituye en espejo para Colombia pues no se puede permitir que lleguen al poder fuerzas populistas sin capacidad de gobernar.
El rechazo a las imposiciones de Maduro y a su gobierno ilegítimo debe ser contundente, sin vacilaciones, aunque imperfecta, la democracia es el mejor sistema de gobierno que existe y debe ser defendida y preservada.
@wilsonRuizO