La declaración que el jueves pasado, rindió el exdirector del FBI, James Comey, ante el Comité de inteligencia del Senado de los Estados Unidos, colmo todas las expectativas, no solo dentro del país sino a nivel mundial, pues el planeta entero  estaba pendiente de lo que pudiera decir sobre las supuestas presiones ejercidas contra él, por el actual presidente, Donald Trump, para que no revelara el verdadero resultado que vinculaba a miembros prominentes del recién posesionado gobierno, con la trama armada con el gobierno ruso, para desacreditar a la candidata demócrata Hilary Clinton, y así permitir el triunfo electoral del candidato republicano, de manera fraudulenta, como al parecer ocurrió, según la investigación que adelantaba Comey , y que Trump pretendió detener, exigiéndole absoluta lealtad, guardando silencio. 

Según lo revelado por Comey, quien había sido despedido a comienzos del mes de mayo, con el pretexto de que no llenaba las expectativas exigibles para ser Director del FBI, pues dicha Institución había decaído en su prestigio, por las continuas irregularidades en que había venido incurriendo , entre estas la de haber cerrado la averiguación abierta contra Hilary Clinton, sin ahondar a fondo sobre su responsabilidad, Comey declaró que ello no era cierto y que la verdadera razón de su destitución obedeció a que el Presidente le solicito parar la investigación que la entidad a su cargo adelantaba contra el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn , por las pesquisas que no solo involucraban a dicho funcionario, sino a los miembros más cercanos de su círculo familiar , en el papel de Rusia en la campaña de quien fuera, en ese entonces ,aspirante por el Partido Republicano, a la Presidencia. 

Comey, quien en todo momento se mostró tranquilo, sereno y confiable, sostuvo que Rusia si influyó en la elecciones presidenciales. 

También afirmó que el Presidente había mentido cuando afirmó que los agentes del FBI habían perdido credibilidad en su jefe y que por tal razón en la principal Agencia de Seguridad del Estado, reinaba un caos total. 

Aunque al principio Trump dijo que tomo la decisión de destituirlo, por la manera como manejó el caso de los correos que indebidamente había gestionado Hilary Clinton, luego se supo que la verdadera razón, había sido su exitosa investigación sobre la participación Rusa. 

De establecerse que lo revelado por Comey es plenamente cierto, ello demostraría el absoluto desconocimiento del Primer Mandatario en asuntos esenciales sobre el manejo del poder. 

Pero lo más trascendente es que fortalece, con argumentos y elementos de suma credibilidad, el debate sobre la posibilidad, cada día más probable, de que el comportamiento del Presidente, si pueda ser considerado como una obstrucción a la justicia, delito que podría conducirlo a un proceso de destitución. 

Un factor que ha venido jugando en contra de Donald Trump, es que mientras él se ha venido mostrando, en todo sentido, como un personaje charlatán y mentiroso, James Comey, siempre ha tenido fama de ser un excelente funcionario , de absoluta confianza nacional y plena credibilidad.