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Un gol olímpico
Para los estudiosos, hay que señalar que Colombia ha afrontado muchos problemas.
Sábado, 4 de Abril de 2020

Ahora si la sacamos del estadio, metimos un gol olímpico. Habíamos realizado toda clase de idioteces, pero ahora marcamos record que es difícil de superar: logramos que todo el país se encerrara durante varios días para evitar que un enemigo desconocido, un virus, acabe con esta patria inmortal, que ha superado, a lo largo de los años, hitos que eran difíciles de alcanzar pero que ahora servirán para apuntar en los libros.

Para los estudiosos, hay que señalar que Colombia ha afrontado muchos problemas, desde el momento en que los conquistadores españoles se bajaron de las carabelas y empezaron a buscar, con desesperación y sin pausa, el famoso Eldorado, una ciudad en que hasta las calles eran de oro. No la encontraron y todavía hay quienes la buscan.

Revisando las páginas de la historia, encontramos que hemos afrontado serios problemas, pero ninguno tan grave como la aparición del coronavirus, que puede acabar con los colombianos y con la humanidad. Para ilustración de mis lectores, debo recordar que hemos afrontado dificultades pero no tan graves como el actual. En orden cronológico, para no olvidar alguno, es necesario recordar que los colombianos hemos sufrido casos que nos pusieron el pelo de punta y asustaron a jóvenes y viejos, a hombres y mujeres, en fin, a todos. 

Ellos son: el nueve de abril de 1948, cuando fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán y el país entró en pánico: hubo centenares de muertos y saqueo en los almacenes, además de quema del Palacio de Justicia, francotiradores y un alzamiento popular.

Vino luego el 19 de abril de 1970, cuando perdió las elecciones Gustavo Rojas Pinilla. También salió el ejército a las calles y se decretó el toque de queda. Casi se cae el establecimiento pero salimos al otro lado. Como consecuencia, años más tarde un comando del M-19 se tomó la Corte Suprema de Justicia y ocasionó catástrofe, incluyendo la muerte de magistrados  que nos ha llegado hasta ahora. 

Adicionalmente, como si la naturaleza quisiera castigarnos, una avalancha borró a Armero del mapa y produjo la muerte de veinte mil personas. En el intermedio, un terremoto casi destruye a Popayán y ocasionó inmensos daños en la capital caucana. Hubo muchas víctimas y la ciudad no se ha recuperado del todo. Pero hemos seguido adelante.

Ahora pasó lo que nadie esperaba: un virus chino nos obligó a quedarnos en la casa, a cerrar los colegios y negocios y a ser solidarios. Hasta el más rico se ha metido la mano al bolsillo y espera, escondido en su hogar, que pase el susto. Todos estamos en el mismo barco y esperamos que se acabe la tormenta. Que ojalá no sea eterna. GPT   

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