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Un futuro preocupante para la región
En el índice de riesgo de desastre, tres municipios del Departamento están en los 10 primeros a nivel nacional.
Lunes, 23 de Abril de 2018

Hace poco se hizo el lanzamiento del índice municipal de riesgo de desastres del DNP, medición clave para el país, y sobre todo para afrontar los efectos del cambio climático.  El contexto mundial el tema es complicado, “la frecuencia de los desastres en el mundo se ha triplicado desde la década de los ochenta cerca del 90% de los desastres están asociados a eventos hidrometeorológicos que generan el 74% del total de las pérdidas económicas” y que se han producido 1,1 millones de muertes por desastres en los últimos 15 años en los países de ingresos bajos, además los sismos generan más muertes, las inundaciones y los deslizamientos acumulan mayores pérdidas en infraestructura y población afectada.  

En Colombia, los desastres que ocurren son de origen hidrometeorológico: 35% Inundaciones, 15% movimientos de masa, 35% sequias e incendios y 11% geológicos, y según este informe “las pérdidas  incrementan con episodios de La Niña y El Niño en los últimos 20 años; 2.800 viviendas son destruidas en promedio al año y 160 personas mueren a causa de los movimientos en masa, las inundaciones y los flujos torrenciales”, y 18 millones de personas están localizadas en zonas con las condiciones más críticas a amenazas hidrometereológicas.

Aunque  en el 2012  se modernizó el Sistema Nacional  para la Gestión del Riesgo de Desastres, creando una institucionalidad y una series de instrumentos  (Planes territoriales de gestión del riesgo de desastres, fondos territoriales y estrategias territoriales de respuesta a emergencias), es necesario el fortalecimiento las capacidades locales, para la prevención y acción; en ese sentido se crea el Índice Municipal de Riesgo de Desastres ajustado por capacidades, que tiene como propósito  medir a los municipios según el riesgo que tiene la población ante eventos  hidrometeorológicos y comparar a los municipios según sus capacidades para gestionarlo.

Según el informe siete Departamentos tienen más del 50% de su población expuesta a amenazas hidrometeorológicas, Norte de Santander ocupa el puesto 8 de 33 con un valor del 47,1, por encima del promedio nacional 36,4%; además en sus municipios el riesgo es alto por movimiento en masa, que comprende desplazamiento de roca, suelos o escombros por una ladera por acción de la gravedad, y que se incrementan por cambios en el uso del suelo, lluvias intensas y por intervenciones antrópicas. 

En el top 10 de los municipios en Colombia que tienen su población expuesta a inundaciones, movimientos en masa y flujos torrenciales, hay 3 de Norte de Santander, Bochalema, Durania y Pamplonita y por el lado de la medición de la población vulnerable medida por Índice de Pobreza Multidimensional ajustado, El Tarra ocupa el segundo lugar con un 92,6%. 

En el índice de riesgo de desastre, tres municipios del Departamento están en los 10 primeros a nivel nacional y tienen el mayor porcentaje de población en riesgo: Tarra, Lourdes y Cácota; y frente al índice de capacidades para la gestión del riesgo, en el antiranking de los diez primeros tenemos: Hacarí y Teorama. Por otra parte, en el índice ajustado por capacidades figuran El Tarra, Lourdes, San Calixto y Cácota.  En el informe se presenta también un análisis (el puntaje más alto de riesgo y la más baja capacidad para gestionarlo) para las 13 ciudades principales, donde Cúcuta ocupa el segundo puesto, lo anterior es preocupante dados los últimos acontecimiento con lluvias que afectan social y económicamente la dinámica de la ciudad, y lleva a reflexionar sobre la capacidad que tenemos para afrontar el cambio climático.

El informe recomienda para los municipios con alto riesgo y baja capacidad de gestión: la generación de estudios a la escala adecuada, analizar, evaluar e incorporar el riesgo en el ordenamiento territorial y planes de desarrollo, evaluar la asistencia técnica y su efectividad en la reducción del riesgo y mejorar capacidades técnicas para formulación e implementación de proyectos de reducción del riesgo.  El futuro puede ser aciago, y actuar un imperativo.

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