Desde finales del mes de noviembre las cosas comenzaron a cambiar de manera positiva con la reinauguración del Cine Leonelda, propiedad de la Cámara de Comercio de Ocaña, con muy buena imagen y sonido.
Como cuando era propiedad de la beneficencia de Norte de Santander y la sala de cine se puso a disposición de los ocañeros, con la película Historia de amor, las colas se prolongaron hasta más arriba de la sala de proyección.
Durante toda la temporada decembrina, las taquillas de las dos funciones diarias se agotaron con la simultánea nacional ´Acuamán´.
Los millares de personas que llegaron a la ciudad, entre ellos propios y visitantes, contaron con una muy buena opción de distracción , la que se espera cuente con el respaldo del público amante del séptimo arte, especialmente los colegiales y universitarios, en todo el 2019.
Entrando en materia festiva, lo que ocurrió en diciembre y comienzo de enero, es supremamente esperanzador, por no decir que positivo. El tradicional baile en el otrora inaccesible club Ocaña, el 29 del mes pasado, respondió a las expectativas y a las necesidades de los ocañeros de bien. La renombrada orquesta venezolana Los Melódicos, puso a bailar y gozar a los numerosos asistentes.
Entre ellos, muchos paisanos que regresaron a su tierra, en compañía de sus familias , y además del buen ambiente festivo, se reencontraron con los viejos amigos de infancia o juventud.
La capacidad del renombrado centro social se copó y todos los celebrantes se dedicaron a bailar las viejas y pegajosas páginas musicales alusivas al mes más alegre. Como ha ocurrido durante los últimos años, el comportamiento fue ejemplar y digno de la gente de bien de esta alegre villa.
Los carnavales se esperaron de manera angustiosa, temiendo que se repitieran las escenas bochornosas del parque de san Agustín, pero fue todo lo contrario, la decisión de la administración de la alcaldesa Mirian del Socorro Prado Carrascal, de prolongar la zona cero, desde el parque de san Francisco hasta el de san Agustín, incluyendo el 29 de mayo fue un afortunado acierto.
Las familias que de manera obligada se encerraban en sus casas, o que se desplazaban a los balnearios de la costa norte, incluso , a los municipios vecinos, para huir de los “bochinchosos carnavales”, por primera vez o desde hacía muchos años, salieron a disfrutar de la música y del ambiente carnestoléndico que se desprendió de las tres tarimas que se ubicaron en los respectivos parques.
Se alcanzaron a observar numerosas familias con sus respectivas generaciones gozando del jolgorio, abuelos, padres, hijos y nietos, abrazados bailaban con tranquilidad y regocijo.
Por su parte, los amantes de la espuma y tinturas contaron con su espacio, pero los combos que arribaron de barrios periféricos no desperdiciaron la ocasión para saciar su perversidad agrediendo a quienes hallaran a su paso.
En la plaza de ferias se presentaron , del 04 al 06 de enero, buenas agrupaciones vallenatas y música tropical, con un buen comportamiento de los millares de asistentes.
La alcaldía de la administradora de empresas Prado Carrascal, demostró que se puede cambiar la pésima imagen de los carnavales, y que quien la suceda podría superar los resultados , si en las casas y centros educativos se les imparte a los niños y jóvenes más cultura ciudadana.
Para próximos eventos festivos se podría pensar en mejorar el nivel de los conjuntos que se presentan en las tarimas y que se ponga en práctica el nuevo código de policía, especialmente para evitar que en los barrios se derroche el agua y que se presenten algunos desmanes.
Muy bien por las unidades de la policía y el ejército que se brindaron para controlar los excesos y brindar seguridad a los millares de participantes en las festividades de finales y comienzos de año.