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Uber
El gobierno no puede caer en la trampa que se le está tendiendo, por varias razones. 
Martes, 11 de Abril de 2017

Estamos tan sometidos a las mafias que se está evaluando la posibilidad de que se cierre la aplicación de Uber. 

Alegan, los taxistas, que esta aplicación es ilegal, ya que presta un servicio de transporte que no cumple con los requisitos legales que la ley colombiana exige. 

Le pido amablemente al lector que se ubique en el año 1971. Ahora imagínese una furibunda marcha de carteros, todos ellos incendiando locales, armados con palos y machetes. Marchan, y amenazan y protestan porque se ha inventado el servicio de email, lo que los dejará sin trabajo. 

¿Si ven lo ridículo del panorama? Están los taxistas, como los carteros del caso, presionando para que el Gobierno evalúe la posibilidad de cerrar la aplicación. 

El gobierno no puede caer en la trampa que se le está tendiendo, por varias razones. 

La primera, que es la legal. El principio de imparcialidad o neutralidad, que rige la internet, hace que sea ilegal, violatorio del estado de derecho, que un Estado intervenga una página de internet, o una aplicación. Se hacen excepciones, claro está. Por ejemplo, cuando en esa página web se hacen alusiones a pornografía infantil, o venta de drogas. 

El caso de Uber nos pone a prueba como sociedad, como Estado y como ciudadanos. No podemos dejar que un grupo de delincuentes y malandros, como lo son muchos taxistas, presionen para que no haya mejoras en el servicio. 

Por razón de mi profesión, debo viajar fuera del país con mucha frecuencia. En varias ciudades del mundo he usado Uber, y sí, ha habido complicaciones con los taxistas, pero en general han logrado convivir de manera amable y pacífica. 

En alguna ciudad llegaron al acuerdo de que se cobraría un impuesto a Uber, y que con ese dinero recaudado se entregarían beneficios a los taxistas. Todo el mundo contento con esa solución, especialmente los usuarios del transporte público. 

En tema de la movilidad en las grandes urbes es, ante todo, un tema de salud pública. Estar dos y tres horas en la mañana entre un vehículo, y otro tanto en la tarde afecta, seriamente, la salud del ciudadano; por ello, entre más opciones haya de movilidad, de transporte, habrá mejores condiciones de vida para los habitantes de la ciudad. 

Basta ya de aferrarnos al pasado, alzando muros que nos mantienen en esta medina cerrada, lejos de todo progreso. 

Todo el apoyo y solidaridad a los valientes funcionarios del MINTIC que han advertido que cerrar UBER es absolutamente inadecuado; pero fuerte llamado de atención a quienes se han dejado presionar por una de las mafias que más atraso le ha traído a la ciudad. 

Todo lo que se ha prohibido, sale mal: armas, drogas, alcohol, etcétera. 

Ya es hora que demos un paso adelante, y regulemos UBER, en vez de prohibirlo. 

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