Se aproxima el plazo final para la presentación y aprobación de la modificación al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Cúcuta y es muy poco o nada lo que se escucha alrededor del tema de transporte masivo, aspecto que condenaría a la ciudad a otra década de atraso.
Municipios con poblaciones muy inferiores a Cúcuta, cuentan con dicho servicio y las evaluaciones de su funcionamiento han sido favorables.
Es indudable que para su adopción en nuestra ciudad, deben darse verdaderos cambios en materia vial y creo que por algo debe empezarse, no sin antes aclarar que dadas las dimensiones de la mayor parte de la malla vial, tan solo se podrá pensar en un servicio que se ofrezca para aliviar la movilidad entre dos o tres municipios del Área Metropolitana, por medio de un circuito.
Previo a la composición de la columna, conversé vía telefónica con varios actores de la movilidad, incluyendo aquellos que aprueban el crecimiento y funcionalidad de Cúcuta.
Recordemos que hasta hace unos meses, con motivo de la ejecución de algunos trabajos sobre el puente Benito Hernández, comúnmente llamado San Rafael, la movilidad colapsó debido a la inexistencia de vías alternas y a la imperante necesidad de la existencia de un transporte que aliviara los altos costos a las clases menos favorecidas, como consecuencia del incremento en el número de pasajes que debieron pagar.
Esa persona que trabaja en Los Patios y vive en la ciudadela de Atalaya, pudo haberse ahorrado no solo el dinero sino el esfuerzo y el estrés que causa el cambio de transporte.
Lo ideal sería que tuviera una solución de movilidad a su disposición, con reducido costo de tal manera que sea manejable dentro de su presupuesto mensual.
El transporte masivo es una de las formas de limitar el trasporte informal, el cual crece todos los días debido a escasas oportunidades laborales y al aumento desbordado de las personas que han salido del vecino país en busca de un mejor destino, escogiendo estas tierras para acampar o instalarse definitivamente.
Creo que es el momento de la chatarrización para aquellos vehículos que ya cumplieron su ciclo de servicio público y además porque lo único que ofrecen son grandes cantidades de compuestos orgánicos volátiles, representados en material particulado que ingresa mortalmente al sistema respiratorio de todos los habitantes, producto de las pésimas condiciones técnico – mecánicas, cuyo control es escaso o inexistente.
Señores funcionarios, Concejales y demás personas que tienen dentro de su responsabilidad el construir, apoyar y aprobar el POT: Es ahora o nunca. El transporte masivo es necesario y lo poco avanzado, debe retomarse e incluirse dentro del documento final incluyendo su alcance.
