Tanto el gobierno como los empresarios tendrán que someterse a procesos de ajuste muy razonables, para poder estar en capacidad de asimilar las nuevas realidades de la economía, no solo al interior del país, sino en el contexto Latinoamericano y mundial.
La caída vertiginosa de los precios del petróleo, la devaluación de la moneda, la desaceleración de la industria, los menores niveles de consumo, la merma en las utilidades de las empresas, el alza de los precios de insumos importados y de la maquinaria, y un largo etcétera, señalan enormes preocupaciones en donde es necesario producir ajustes a tiempo y emprender nuevas rutas de crecimiento, que permitan atenuar el impacto de las nuevas realidades.
El Gobierno Nacional acaba de anunciar que para el año que viene aplicará un recorte del presupuesto de inversión en un 12.12%, que representa $5,6 billones menos de lo estimado, cifra significativa que dejará de moverse dentro del ciclo económico nacional y que terminará repercutiendo en todos los sectores, hasta abarcar también el laboral.
Aquí es donde hay que poner a prueba la creatividad, la capacidad de trabajo, la racionalización de los recursos y el emprendimiento, para lograr no sólo mantenerse dentro de la crisis, sino ir más allá e intentar el crecimiento, como muchos son capaces de lograrlo, haciéndolo con la tenacidad puesta al servicio de objetivos muy claros y de largo alcance, comprometiendo la totalidad de los equipos de trabajo, con los esfuerzos adicionales que se requieren para poder moverse dentro de los periodos de crisis.
Todos los días recibimos noticias nuevas que afectan este tema y los países en general ya han ajustado a la baja sus expectativas de crecimiento, cuando todo indica que estamos frente a una realidad inocultable que exige respuestas claras y compromisos ambiciosos.
El que no se prepara con suficiente pericia, tendrá que recibir los golpes y no podemos perder de vista que las épocas de crisis siempre dejan muchos perdedores frente a otros, desgraciadamente casi siempre los más pocos, que logran sobrevivir y tener la capacidad para seguir el curso de sus objetivos propuestos. (Colprensa)