Me refiero a mirar retrospectivamente algunos sucesos del año que termina y que han llamado poderosamente la atención:
1. Aunque es un asunto de detalle y que poco importa, pero lo escuché en una discusión el fin de semana por una emisora nacional y aún podemos hablar de frivolidades, vuelvo sobre el premio Nobel a Gabriel García Márquez - ganado con talento y perseverancia -, que le fue anunciado el 21 de octubre de 1982. En eventos culturales a los que asistí este año en varias ciudades se afirmó que el galardón le fue entregado a Gabo, como le dicen sus paisanos en la costa colombiana, Gabito, como le dicen sus íntimos, no valió que el asunto se aclarara con prueba reina. Lo cierto es que el 21 de octubre de 1982 se anunció que el escritor colombiano ganó el premio y el 10 de diciembre del mismo año lo recibió. Celebramos los 40 años.
De la ceremonia en que se entregó el premio quedaron algunas fotos que tomó a escondidas Nereo López, prácticamente el fotógrafo del Grupo de Barranquilla. Estas fotografías fueron las que sirvieron para el libro “Aracataca Estocolmo”, gracias a la labor de Aura Lucía Mera, entonces directora del Instituto Colombiano de Cultura - Colcultura -, y quien organizó toda la guachafita en Estocolmo, con músicos y amigos del galardonado. Muchos coterráneos sintieron vergüenza, pero la misma prensa sueca les tapó la boca porque al día siguiente de la ceremonia esos medios de comunicación reseñaron que Colombia les había enseñado cómo se recibía un Premio Nobel. García Márquez rompió el protocolo con su indumentaria y séquito. Pocos saben que los laureados tienen que pronunciar dos discursos: uno en la ceremonia de entrega y otro en la cena. Los laureados se hospedan en la planta segunda del mejor hotel de Estocolmo y el Nobel de Literatura siempre tiene la suite 239 con vista al Palacio Real.
En el libro “Aracataca Estocolmo” escriben varios amigos de García Márquez: Aura Lucía Mera, Álvaro Castaño Castillo, Álvaro Mutis, Teresa Morales de Gómez, Eligio García, Gonzalo Mallarino, German Vargas, Alfonso Fuenmayor, Belisario Betancur, Guillermo Angulo, Rafael Escalona, Nereo López, Plinio Apuleyo Mendoza y Rafael Escalona Martínez, que en el índice del libro aparece como Mendoza. Identifico once difuntos. Además del libro citado queda como recuerdo la canción Estocolmo, de Rafael Escalona e interpretada por los Hermanos Zuleta, que asistieron al acto: “Gabo te manda de Estocolmo/ un poco de cosas muy lindas. / Una mariposa amarilla/ y muchos pescaditos de oro/”.
2. Un suceso triste a nivel mundial fue la invasión a Ucrania. No digamos que por parte de los rusos sino de Vladimir Putin y sus adláteres, la famosa Siloviki o élite rusa. Putin, en su primer mensaje a la Nación informó que se trataba de una “operación militar especial”, prometiendo que intentaría desnazificarla pero no ocuparía el país. Todas las guerras tienen una razón oculta muy diferente a la que se explica al público. Hagamos el ejercicio en términos sencillos y hasta folclóricos. El escritor cartagenero Carlos Villalba Bustillo, en su libro “Los liberales en el poder” explica que desde Bolívar y Santander todas nuestras guerras intestinas tenían como motivación el presupuesto y la burocracia. Las guerras mundiales son promovidas para buscar mercados a los productos de las potencias que de otra manera no conseguirían. Y la de Putin por razones geopolíticas y para procurarse materias primas como el litio, metal que sirve para fabricar las baterías de los teléfonos móviles y la de los coches eléctricos. Además, Ucrania es para el mundo una despensa agrícola enorme en cereales.
¡Feliz Año Nuevo!
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