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Reservas de Navidad
La navidad es algo así como el viejo cuento del vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo de cómo uno mire el porvenir.
Domingo, 18 de Diciembre de 2016

La Navidad es maravillosa, aún en medio de las apariencias, porque refresca el corazón. Por eso, deben dejarse reservas de cariño para cuando pase, guardadas en la bolsa secreta del alma que es la soledad, para ir sacando, día a día, un poquito de recuerdos y lograr subsistir en la batahola del mundo mientras se descorre el velo del año y se mezclan, en el nuevo tiempo, las cosas inciertas del destino, entre cada amanecer y cada ocaso.

Es como si diciembre fuera un maestro de repaso de todo, de la ternura, de la sencillez, de la sabiduría de vivir en familia, al menos unos días. Uno adquiere una forma distinta, con el sentimiento de querer ser mejor a partir de cada nochebuena. 

La navidad es algo así como el viejo cuento del vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo de cómo uno mire el porvenir, de si deja las cosas así o las cambia. Pero, irremediablemente, todo vuelve a su lugar: la realidad sustituye la añoranza, la cual debe retirarse triste a sus aposentos de invierno, hasta que vuelva otro nacimiento y le devuelva esa magia que proviene de una madre virgen que acepta sembrar un niño en sus entrañas.

Esta época es precisa para dignificar las leyes del humanismo, para ensanchar los límites del amor a la vida hacia nuevas fronteras, distintas, sabias, en la consciencia de que en nuestra intimidad están los accesos al cielo o al infierno, a la tristeza o a la felicidad, según el valor que demos a los sueños.

Mientras se suceden decembrinamente abrazos, regalos y fiestas, salen al encuentro todas las emociones, se reúnen y deciden hacerse nobles para, igual, renacer en ese reflejo de eternidad que es la existencia y ser reconocidas como la manifestación sincera de la ingenuidad del hombre: se anticipa un pedacito de cielo y pasa por las palabras, por los gestos, por la  alegría sana y se deja instruir, unos momentos, por la sapiente moldura de la paz.

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