¡Increíble!, ¡bochornoso! el concierto de agresiones verbales entre el rector de la institución educativa “Francisco Fernández de Contreras”, magíster Hugo Pérez y dirigentes estudiantiles del prestigioso plantel .
Las lamentables escenas fueron publicadas en las redes sociales y se derivaron del encerramiento que hicieron los líderes colegiales para suspender las actividades académicas en señal de protesta por las supuestas irregularidades en el manejo de los recursos económicos del reconocido centro educativo de la ciudad.
En el video se observa la ira del directivo contra los muchachos que encadenaron la puerta de acceso al colegio y la forma como los reta al remangarse la camisa y preguntarles las razones del paro.
Cuando uno de los dirigentes de la protesta trató de entregarle un documento, lo empujó y manoteó, lo que provocó la reacción de los jóvenes: ¡animal!,¡bobarrón!, ¿entonces, por qué roba?
En mi condición de exalumno y exdocente de la antigua Normal, aprecio con asombro y preocupación la manera como se expresan las diferencias entre las directivas y los estudiantes, cualquiera que fuera el motivo.
Recuerdo el respeto paternal que inspiraban los rectores y profesores de la época de oro del entrañable claustro. Ni por equivocación nos atrevíamos a responder y, ni mucho menos, a alzarle la voz a don Isidro o, posteriormente, a don Rafael García Pino.
Aunque no puedo pretender que las relaciones interinstitucionales se manejen como en esos años, produce impotencia y nostalgia observar cómo cambian los tiempos, así como se inspiró y tituló un memorable paseo vallenato el gran cantautor guajiro Poncho Zuleta Díaz.
¿Pero, que motiva la inconformidad y hasta la altanería de los estudiantes? En este caso, no hay uno sino varios “floreros de Llorente”, y las inquietudes de los adolescentes se vienen acumulando desde que empezó el año lectivo.
Y luego de varias reuniones sostenidas entre las partes, además de varios representantes de los padres de familia, con la ausencia de profesores de la jornada de la mañana, además de la presencia de la Personería, la Defensoría del Pueblo y una veeduría de egresados, se pactaron varios puntos para que la Rectoría responda y haga claridad en una reunión que se programó para el 23 de este mes.
Entre los más significativos aparecen: La clase de contrato con el polémico Megaparque -que se construyó dentro del plantel- y el destino de los dineros que se perciben por ese concepto.
La aparente forma irregular como el rector constituyó el Consejo Directivo y la presentación de las respectivas actas de posibles sesiones. El destino del dinero que presuntamente le pagan al colegio los vendedores estacionarios que se ubican en la parte externa, además del estado o destino de unas tabletas y otros equipos donados o adquiridos por la institución.
De acuerdo con lo expresado por representantes de los padres de familia, también son causa de la discordia el eventual contrato con una hermana del rector para desarrollar oficios generales y la supuesta suplantación de una profesora de Filosofía, por su parte, y en su condición de licenciado en Matemáticas, en el examen de habilitación de una sobrina, la que obviamente lo aprobó.
Así mismo, el rector deberá también presentar los soportes que, según los estudiantes, faltaron en la rendición de cuentas de este año. Los futuros bachilleres también exigirán información sobre la renovación de la licencia de funcionamiento del centro educativo.
Al margen de las razones que tengan cada uno los actores del conflicto, hay que recordar que en nuestros tiempos, jamás se hubiesen presentado litigios de esta naturaleza, porque había respeto mutuo , en los niños o muchachos primaba la inocencia e ingenuidad, y que nuestros directivos y maestros, nunca despertaron dudas sobre su rectitud y honestidad.