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Rebajas de penas
La sociedad enfrentada a los altos índices de violencia, y Cúcuta infortunadamente ocupa el puesto 49 a nivel mundial.
Viernes, 3 de Marzo de 2023

El anuncio hecho por el Ministerio de Defensa acerca de las posibles disminuciones de pena para cientos de presos en Colombia ha despertado polémica. Detractores y los que apoyan esa posible salida al grave problema de hacinamiento que se vive en nuestras cárceles han dado a conocer sus puntos de vista para su posibilidad de implementación o para su negación. Estas iniciativas involucran análisis exhaustivos por parte del sistema penitenciario y judicial que ante el fracaso de una política de reinserción social se ve abocada con múltiples sucesos que llevan al caos dentro de los establecimientos carcelarios.

La sociedad enfrentada a los altos índices de violencia, y Cúcuta infortunadamente ocupa el puesto 49 a nivel mundial, exige, reclama más seguridad. ¿Y esa seguridad como puede darse? Se establece como premisa que aquel que delinque debe pagar condena para resarcir su pecado. Lo anterior seria loable si realmente hubiese planes para lograr la reincorporación de estos individuos a una vida útil. Pero, ¿realmente existe en Colombia estos? ¿Tenemos las infraestructuras para lograr que estas personas privadas de la libertad cumplan su condena haciendo un proceso de reinserción, estudiando, aprendiendo un arte que le permita luego trabajar? ¿O cumpliendo labores fuera de la cárcel?

La aplicación de las normas mínimas por parte de los administradores de estos centros de reclusión en nuestro país se reduce sobre todo a mantener la seguridad, a evitar las fugas de presos, a evitar los problemas intercarcelarios y esto está bien. Lo que sería deseable es que implementaran más atención mediante una coordinación entre los diversos ministerios que deberían trabajar de la mano para ir mejorando las condiciones. Ministerio de educación y ministerio de salud serían los más importantes para consolidar unas mejores políticas para estos centros.

La detención previa a la sentencia es otro dolor de cabeza para nuestro país, Este mecanismo constitucional que brinda un poco de tranquilidad al ciudadano que ve en esas detenciones una respuesta que garantiza el cuidado de sus bienes o la vulneración de la que ha sido objeto está colapsado.

 El panorama ofrecido por las estaciones de policía en Colombia raya en lo grotesco, lo absurdo y degradante de la condición humana, que, aunque sean delincuentes lo mínimo es una celda limpia y sin esa aglomeración.  De allí que los planteamientos del ministro de Justicia Néstor Osuna han traído bastante escepticismo. Los beneficios que él plantea en esa reforma a la justicia penitenciaria contempla por ejemplo que el sindicado salga a trabajar durante el día y regrese a la cárcel en la noche (incrédula ante esto). Nos preguntamos: ¿Habrá trabajo para este tipo de personas, que causan daño a la sociedad, mientras que miles de jóvenes universitarios no lo consiguen? ¿Regresarán a la cárcel o campantemente se darán a la fuga como es costumbre? Como dice el refrán: Amanecerá y veremos, dijo el ciego y no los vio regresar.

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