Innumerable cantidad de ciudadanos del vecino país llegan diariamente a Cúcuta, por la caótica crisis que viven en Venezuela.
Sin embargo, pese a que muchos se devuelven porque afortunadamente cuentan con dinero para comprar medicinas o alimentos así sea a un precio diferencial altísimo, por el cambio, también se quedan gran cantidad en la ciudad y buscan viajar los unos a Santander o a Bogotá o a otras partes del país, en busca de mejor futuro, para conseguir el sustento para sus hijos o enviar algo a Venezuela. ¨
Partimos de un supuesto, que, la oficina de Migración debe llevar un control del ingreso y retorno de quienes llegan por el puente.
Pero, también debemos ser enfáticos que no hay un mecanismo de control para saber el número de personas que se quedan en la ciudad, así como tampoco se sabe que cantidad de ellos viajan hacia el interior del país.
En los buses es común me dicen varias personas que han viajado a Medellín, Bogotá u otros sitios, que la mayoría de los pasajeros son venezolanos.
El problema estriba en que así como llega gente muy necesitada, también viene gente no muy recomendable, de allí que la inseguridad en la ciudad haya aumentado peligrosamente, tan es así, que el año pasado decía el Comandante de la Policía Nacional que el porcentaje de venezolanos involucrado en atracos y otros delitos es superior al 30%.
Preocupa enormemente que haya aumentado en más de 30.000 nuevos inscritos solo en Cúcuta, el número de votantes, así como que en Tibú en plena zona fronteriza presente también alto número de cédulas nuevas inscritas para las elecciones.
Así como sucede esto en Cúcuta, también puede ocurrir en la Costa y zonas limítrofes, es muchedumbre la cantidad de venezolanos en Maicao, Riohacha, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena y puede estar elevándose considerablemente el número de votantes. .
Lo inquietante es que hay angustia en el común de la gente por la situación que se pueda dar con candidatos de izquierda, teniendo el espejo de lo que ocurre en nuestro vecino y querida nación de Venezuela y que pueda tener incidencia en las elecciones venideras.
Lo anterior, aunado con la noticia que sale el 17 de este mes en la Opinión en el sentido que delincuentes venezolanos asumen control del denominado Hotel Caracas en el Barrio Sevilla, que exigen vacuna a quienes allí moran, para poder recibir comida, pernoctar y hasta usar los campos deportivos a los residentes del sector, que ven con inmensa preocupación y temor estos hechos.
Realmente, debemos ayudar a los venezolanos que llegan por la difícil situación que se vive en nuestra hermana Nación, pero, deben implementarse mecanismos de control para saber la actividad de los inmigrantes, por cuanto el temor es que algunos estén haciendo labor de adoctrinamiento sobre el socialismo que claramente han expresado algunos candidatos debe implementarse en el país.
Hablaba con un vendedor de paletas y con una persona que coloca un juego de brinkis en un parque sobre las elecciones y la situación de los venezolanos y decía el paletero; se de una señora proveniente de Venezuela, quien manifestó que no pernoctaba en uno de los sitios que hay para tal efecto, dado que son puros rojos o chavistas los que se quedan allí.
Vale la pena vigilar, monitorear esas actividades, por cuanto, se pueden estar generando zonas donde el día de mañana sea casi imposible ingresar a ellas, como acontece en ciertos sectores de Ciudad Bolívar en Bogotá, en comunas de Medellín o en Siloé en Cali.