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Para alcalde de Cúcuta ¿queda algo por probar?
Elegir a un alcalde producto del rechazo, ya vimos en el pasado que no funciona, pues da como resultado peor el remedio que la enfermedad.
Viernes, 20 de Enero de 2023

En los últimos 23 años, para no remontarnos tan atrás, los cucuteños han experimentado, como en botica, seis alcaldes originarios de diferentes actividades, con la esperanza de ver a su ciudad en franco progreso. Desfilaron políticos sin estudios, religiosos, profesionales sin experiencia, profesionales culebreros, políticos profesionales y empresarios.

Con unos, la ciudad tuvo algún despegue, pero a costa del mismo bolsillo de los habitantes a través de los impuestos por contribución de valorización, que dejaron hipotecados hasta la coronilla a los contribuyentes del impuesto predial. Otros, se dedicaron a feriar los servicios que se presta en el municipio entregándolos en concesión para que los empresarios del sector privado se enriquezcan. También hubo alcaldes que ni fu ni fa, como la teoría económica del Laissez faire que significa “dejen hacer, dejen pasar” para indicar metafóricamente que en las oficinas de la alcaldía había libertad absoluta para hacer lo que se quisiera, entre esas, actos de corrupción. No faltaron los egocentristas, protagonistas enfermizos que permitieron que sus allegados manejaran el “CVY” de la contratación. Los que, a pesar de haber recibido una ciudad con cierto adelanto producto de las obras por valorización, la condenaron a un atraso considerable sin dejar su huella en una obra nueva y no faltó el que está en la estratosfera pensando en un desarrollo de la ciudad para el año 2050, sin hacer ni pio en el presente.

Eso sí, a todos sin excepción, les corresponde un buen trozo de culpa por el despelote que presenta la ciudad en estos momentos, con la inflación más alta de Colombia, con la más alta informalidad, con la de mayor inseguridad, con los servicios públicos más costosos, con las vías en pésimo estado, el mayor índice de desempleo y pobreza, según datos de la encuesta de percepción ciudadana Mi Voz Mi Ciudad, de la Red de Ciudades Cómo Vamos.

Con este panorama tan gris, nos preguntamos y les hacemos la misma pregunta a mis amables lectores, ¿qué nos queda por experimentar después de haber pasado por una gama de personajes de distintos perfiles que no le han aportado un buen horizonte de desarrollo a nuestra capital?

Muchos candidatos habrá para la alcaldía de Cúcuta, pero casi todos respaldados por la politiquería o son ilustres desconocidos que ya no nos inspiran confianza alguna.

Elegir a un alcalde producto del rechazo, ya vimos en el pasado que no funciona, pues da como resultado peor el remedio que la enfermedad.

Dios nos tenga de su mano, y surja algo que creamos valga la pena, por lo menos para equivocarnos otra vez.

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