El conocimiento nunca había sido obsoleto tan rápido, como ahora”, Moisés Wasserman.
El profesor Wasserman nos acabó de entregar ahora en febrero, su último libro: La educación en Colombia. Un título multiutilizado en el sector, por sabios y profanos. Lo interesante es que se sale de la rebuscada jerga de los teorizantes de la pedagogía y nos va renovando datos e historia y realiza un diagnóstico elemental realizado sobre éxitos y fracasos e invitándonos a todos a plantear soluciones.
Se sale del glosario snob de los teorizantes de fin del milenio, y no desprecia los clásicos, no solo de la ciencia social, sino de la técnica y la tecnológica. Recupera la idea de un reequilibrio entre la teoría y la investigación. Importante en lo social, para recuperar el andamiaje conceptual clásico, para poder entender la explicación de los nuevos fenómenos sociales, que aparecen, cambian y se esfuman a velocidades increíbles.
Se nos llena a veces la boca, atribuyendo los pocos pero importantes cambios dados en la República, al espíritu de la nueva Constitución Política, cuando ella solo fue el producto de la evolución de la Educación en Colombia, con todos sus fracasos y sus aciertos.
La tolerancia que se aposenta cada día con más vigor y es la razón de los cambios, no es otra cosa que el producto de una educación veloz en los mismos.
Ha pasado mucho tiempo, pero el paso de las teorías de la IAP- sigue vigente. Es decir, la investigación de Acción, de Participación, de Acción de la comunidad, a la que todos contribuimos y a la que en algún momento nos comprometimos desde la educación superior.
Esto de la IAP- fue unos de los compromisos a los que nos vinculamos para renovarla, en el foro de 2017 de Min-educación, al que asistimos en representación de FESC- Cúcuta.
Se trata de darle mayor valor al conocimiento práctico que surge de la comunidad y que también surge del llamado conocimiento científico. Que parte del conocimiento que ha permitido la supervivencia. Lo que el maestro debe comprender para ayudar a la comunidad.
Entonces la Investigación, sobre principios simplemente antropológicos, entiende que las personas dela comunidad conocen mejor su realidad, que los extraños a ella. Supone, además, que de ese conocimiento, deduce que debe cambiar. Para la -IAP- lo importante es la capacidad para orientar esa transformación.
Por ello Moisés Wasserman afirma: “Tenemos el Síndrome de agotamiento. En gran medida somos lo que nuestro pasado educativo nos ha permitido ser, y vemos esperanzados un futuro, basados en gran medida en la forma como vayamos a educar a nuestros jóvenes. Entendiendo la educación nos entendemos a nosotros como sociedad y a su vez nos podemos escribir hacia el futuro”
Un buen libro de consulta para nuestros educadores de todos los niveles.
Adenda: Las ilegales insubsistencias derivadas de las OPEC-826 que patrocina la CNSC con listas de elegibles posteriores al 20 de febrero de 2020, ya produjeron fallecimientos en el departamento y en el municipio de Cúcuta.