El próximo 14 de diciembre, la ciudad se verá colmada de visitante ilustres, condecoraciones, eventos académicos y artísticos y, nada de regalos tangibles, representados en muchas de las obras que requerimos los ocañeros por un onomástico tan especial.
Con seguridad que vendrá el presidente Duque, acompañado de su mentor Álvaro Uribe Vélez, y el discurso lo centrará sobre la épica gesta cumplida por las Ibáñez, y le dará la oportunidad de profundizar sobre este tema …“tan significativo y trascendental para Ocaña y el país”, a la familia Páez Pacheco.
El ingeniero Ciro Rodríguez Pinzón, el único parlamentario por la antigua provincia de Ocaña, encabezará la comisión del Senado y la Cámara de Representantes. El gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano Guerrero, se hará presente con todo su gabinete; y la junta directiva de la Fundación Caro, después de transcurrido un tiempo largo, estará en la tierra natal de sus integrantes.
Los abrazos, las copas de whisky y un baile en el legendario Club Ocaña, cerrará la magna sesión en la noche del cumpleaños número 450, sin que corten las cintas inaugurales de las tantas obras que nos urgen a quienes nacimos y seguimos viviendo en esta maltratada población.
Ojalá que la francachela la realizaran en las instalaciones del club de Caza y Pesca para que los centenares de celebrantes se sintieran asfixiados por los nauseabundos olores que transporta el contaminado río Tejo.
El próximo 14 de diciembre, a los ocañeros, una vez más nos “amarrarán conejo” porque los regalos se deben entregar en la propia fecha del cumpleaños y hasta el momento no se ha anunciado ni siquiera la elaboración de los proyectos que lleven a la ejecución de por lo menos algunas de las obras que necesita Ocaña.
Como a los políticos de nuestro departamento los asedia la amnesia, bien sean senadores, representantes a la Cámara o siquiera diputados, vamos a refrescarles la memoria sobre las promesas incumplidas.
Durante el único consejo comunal que desarrolló el entonces presidente Uribe Vélez en la ciudad, particularmente en el polideportivo de la UFPSO, después de deleitarse con la narración de los episodios protagonizados por las Ibáñez, se comprometió en apoyar la ejecución de la vía perimetral, por el oriente, para desviar del área urbana el paso de tractocamiones y otros vehículos pesados, y nada de nada.
También anunció la construcción de la sede propia del Sena en las antiguas instalaciones del Instituto Técnico Industrial, Lucio Pabón Núñez, donde antes había funcionado la estación del cable aéreo, y tampoco.
Gracias al controvertido paro del nororiente, los servicios de energía eléctrica y de acueducto mejoraron ostensiblemente, lo mismo que el de salud, gracias a la ampliación y dotación del Hospital Emiro Quintero Cañizares, pero en 33 años el número de habitantes ha crecido y la capacidad del centro asistencial no da para acoger a los pacientes que llegan de los municipios vecinos, los del Catatumbo y sur del Cesar.
La ampliación del hospital, con todo lo que conlleva a elevar su atención a un tercer nivel, evitaría el paseo de la muerte con los heridos y enfermos graves que se trasladan a San Juan del Cesar, Guajira, Valledupar y hasta Cúcuta y Bucaramanga.
Y para qué botar corriente con el cuento de la creación de la Universidad del Catatumbo, si con la Seccional de la UFPS tenemos la infraestructura, el presupuesto, la administración, la docencia y estudiantes necesarios, solo necesitamos la independencia de Cúcuta en lo académico para ofertar las carreras que necesite la región para apartar de la guerra y el narcotráfico a los niños y jóvenes campesinos.
Falta un poco más de nueve meses para el cumpleaños 450 de nuestra ciudad, y como no estamos en China, donde construyen hospitales en 10 días, estas y otras obras prioritarias para el desarrollo de Ocaña, seguramente, seguirán aplazadas de manera que el 14 de diciembre venidero, sobrarán las medallas, las misas, congratulaciones y los discursos. Y, ¿los regalos materiales?