Melania, la tercera esposa de Donald Trump, el compulsivo mentiroso candidato a la Presidencia de los Estados Unidos, ha resultado también mentirosa. Ahora, bajo la lupa de los medios, sus mentiras están saliendo a la luz pública.
Nació en 1970 en Eslovenia, en ese entonces parte de la República Socialista Federal de Yugoslavia bajo el mando del Mariscal Josep Tito. Aunque el régimen de Tito fue menos opresor que el de Stalin o Khrushchev en la Unión Soviética, de todas maneras fue una dictadura de corte comunista. Los sufridos habitantes de esos países tenían que hacer maromas y trampas para sobrevivir. Durante mi paso por Bulgaria, otro país comunista, observé que para esas poblaciones, las mentiras eran parte de su modo de vida, hasta que se convirtieron en parte de su cultura.
La primera trampa pública de Melania ocurrió al comienzo de esta campaña presidencial en los EE. UU., cuando dio un discurso en el que se apropió de todo un párrafo, palabra tras palabra, del que Michelle Obama pronunció durante la convención demócrata del 2008. Melania había declarado que ella misma había escrito el discurso, sin ayuda. Ante el escándalo público se culpó a una asesora que la habría ayudado a redactarlo.
Unas semanas después los periodistas indagaron sobre el grado en arquitectura, supuestamente otorgado por una universidad de Eslovenia, que figuraba en su hoja de vida oficial. Los eslovenos contradijeron esa información y declararon que sólo había ido a la escuela de arquitectura por un año y que se había retirado para viajar a Milán a trabajar como modelo. La campaña no aclaró esta contradicción pero borró totalmente la hoja de vida de Melania de su página Web. Otra mentira pública de la campaña y de Melania que se destapó.
Después de que fueran publicadas numerosas fotografías de Melania desnuda, sin dejar nada a la imaginación, gran parte de la prensa internacional las reprodujo. A raíz de la publicación, se supo que habrían sido tomadas en 1995, en un viaje de la exótica modelo a los Estados Unidos, antes de que se estableciera formalmente en el país.
A pesar de que Melania ha sido muy discreta en esta campaña y rara vez aparece en las manifestaciones de su marido, ha tenido que dar algunas declaraciones a los medios. Con ellas Melania se ha enredado, de nuevo, en aparentes mentiras. En distintas declaraciones había dicho que se había trasladado a vivir en este país en 1996, con todas sus visas y papeles de migración en regla. “Nunca se cruzó por mi mente permanecer aquí sin papeles. Uno sigue las reglas. Uno sigue las leyes”, había manifestado. Añadió que debía viajar a Eslovenia de tiempo en tiempo para renovar su visa. Después obtuvo una “tarjeta verde” que permite trabajar y, posteriormente, la nacionalidad norteamericana.
Los periodistas asustados por las posibilidades de que Trump llegue a la Presidencia, decidieron no seguir dándole “pases” a sus mentiras y locuras. Han empezado a examinar todas las declaraciones del candidato y de su esposa, y se están preguntando: ¿qué tipo de visa tenía Milania cuando llegó al país? Si se trataba de una visa de trabajo, regularmente estás se otorgan por tres años y no requieren que el migrante regrese a su país de origen. Cuando ingresó en 1995 y posó para los famosos desnudos, deducen que ingresó con una visa de turista que prohíbe trabajar. Es posible que Melania haya cumplido con las reglas de no trabajar con visa de turista y no haya recibido una remuneración. Después de todo, cualquier persona, y en este caso una modelo, puede dar declaraciones y ser fotografiada sin estar trabajando y sin recibir dinero a cambio. En este momento, la carga de la prueba la han colocado en el campo de los Trump.
Estos hechos no habrían despertado mayores análisis en el caso de las esposas de otros candidatos. Pero sucede que Trump ha colocado en un lugar muy prominente de su campaña el tema de los indocumentados que, sin papeles apropiados, trabajan en los EEUU. ¡Ha prometido, más bien amenazado, con que los deportará a todos!
Para una persona normal, convivir con las mentiras continuas de un esposo tramposo y megalomaníaco, debe ser difícil. A no ser que se compartan algunos de los defectos. “Dios los crea y ellos se juntan”.