Así puede leerse la llegada de 53 militares estadounidenses, cual novela tejida por la izquierda y el centrosantismo, en el debate del Senado sobre la presunta violación del artículo 173 de la Constitución.
No son tropas de combate, sino 53 militares de una Brigada especializada en asesorar a países aliados, en nuestro caso, en la lucha contra el narcotráfico, lo que molesta a la oposición, porque ahí están las disidencias farianas, los elenos, Maduro y su “cartel de los soles”; y detrás, el sueño del socialismo bolivariano.
El capítulo del senador Bolívar respiró mentiras. Según él, el Plan Colombia fracasó porque las hectáreas de coca no disminuyeron. En 1999 había 134.000, 154.000 en 2015 y 211.000 en 2020. Cierto, pero su malintencionada reseña olvidó el 2010, cuando Álvaro Uribe le entregó el país a Santos con 47.000 y disminuyendo.
Para Petro, el Gobierno no consultó al Senado porque “hay algo que ocultar”, y su novela incluye control mundial del petróleo, dominación imperialista y disolución de los Estados. No dijo que ya está sucediendo, pues del Estado venezolano queda poco, pero por la intromisión del nuevo comunismo ultracapitalista de Rusia, China y el Irán terrorista, que ya no quiere unir a los proletarios, sino chuparse el petróleo venezolano y consolidar otra Cuba, para esponjarle las narices a Estados Unidos y desestabilizar esta parte del mundo.
Sanguino malinterpretó a la embajada estadounidense, asegurando que la estadía de los 53 es “indefinida” y que su aporte a la “paz regional” no es la derrota del narcotráfico, sino una secreta operación contra Maduro.
¡Este país se respeta!, exclamó Avella, afirmando que no son 53 sino 5.000 soldados que, en su imaginación, están por todos lados, llegan a escondidas, no se sabe a dónde irán y violarán mujeres impunemente. Mientras la escuchaba, recordé a las heroínas de Rosa Blanca y los miles de mujeres violadas por las Farc.
Cepeda se burló del ministro, lo acusó de mentiroso y advirtió que las Zonas Futuro y los PDET serán “arrasados” por esa presencia militar. No son 53 asesores los que van a arrasar esas sufridas regiones; fueron sus camaradas quienes las arrasaron, y sus herederos narcotraficantes quienes lo siguen haciendo.
Frente a tanta imaginación retorcida, amparada en “la defensa de la soberanía”, el ministro, respetuoso y claro, explicó que no hay “tránsito”, y menos de “tropas”, pues son 53 oficiales en una acción de cooperación militar, soportada en tratados binacionales y multilaterales, algo que ha sucedido antes en muchas ocasiones.
¿Cuál es la diferencia? Un gobierno decidido a dar la lucha, suspendida durante ocho años, contra el narcotráfico que financia la violencia y corrompe, que sostiene a Maduro y es la esperanza de los Márquez y Santrich, que sueñan con su revolución bolivariana en nuestra patria.
@jflafaurie