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La voz de los jóvenes
Las protestas en las calles ya lo habían manifestado: los jóvenes están participando de los grandes temas nacionales y quieren seguirlo haciendo.
Viernes, 13 de Marzo de 2020

La reciente encuesta de la firma Cifras & conceptos lo acaba de confirmar, cuando concluye que el 78% de los jóvenes entrevistados manifestó haber participado en protestas y cacerolazos en el último año.

No debe alarmar este resultado, sino mas bien entender la necesidad de instruir a través de una buena educación a la juventud, para que al expresarse lo haga con responsabilidad y criterio, y pueda en verdad hacer un aporte calificado al debate sobre los grandes temas que preocupan a la nación.

Los jóvenes están altamente preocupados por temas como la corrupción, la apatía ciudadana hacia los asuntos de interés público, la desigualdad y la acción del gobierno; en las marchas han salido a flote también el tema de la calidad de la educación y el de los sistemas de salud.

En todo esto los jóvenes requieren información de buena calidad para sus análisis, escenarios civilizados para el debate y oportunidad de participación en los principales foros de discusión.

Todo ello tiene que ser una realidad y su voz hay que oírla con detenimiento y estar en condiciones de poderse ofrecer salidas para sus preocupaciones.

En la medida en que sea posible construir un debate racional y de altura, las protestas se alejarán cada vez más del desorden y del vandalismo, porque quienes pretendan imponer vías de hecho no tendrán cabida.

Un país con una juventud pensante y actuante, constituye sin duda un activo muy importante que se reflejará en mejores decisiones públicas y permitirá la construcción de salidas robustecidas para los diferentes temas que preocupan al país.

Una de las grandes falencias que tiene nuestro sistema democrático, es la falta de participación ciudadana no solo en la elaboración de las grandes decisiones, sino también en la ejecución de los proyectos, lo que hace que existan programas equivocados y también un alto grado de corrupción en los mismos, por la escaza fiscalización que se ejerce.

Aquí es cuando el ciudadano puede comprobar, que esos niveles de ineficiencia se convierten en el factor de atraso y desigualdad que termina azotando a toda la población. 

Con estos resultados que nos ofrece la firma encuestadora mencionada, tendremos que actuar bajo unos parámetros muy definidos, pues los jóvenes están hablando y deberán hacerlo cada vez mas, dentro de unos términos de alta responsabilidad y siempre pensando en robustecer los grandes objetivos nacionales. Los formadores de juventud, tienen entonces aquí la palabra.

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