El encuentro entre el canciller de Venezuela Carlos Faría y el designado nuevo ministro de relaciones exteriores de Colombia Álvaro Leiva que fueron precedidas por acercamientos entre el gobernador del estado Táchira y delegados del Pacto Histórico es el comienzo de una nueva hoja de ruta para los dos países que tienen rotas sus relaciones diplomáticas y cerrada la frontera, esa extensa línea de 2.219 kilómetros, por la que históricamente han circulado en ambos sentidos tanto colombianos como venezolanos. Esto marca una nueva tendencia y es el reconocimiento al presidente Nicolás Maduro quien será el nuevo mejor amigo de Gustavo Petro.
Los anuncios bilaterales hechos luego de la reunión tocan asuntos generales: reanudar las relaciones, consolidar los lazos de amistad y cooperación, hacer esfuerzos conjuntos para garantizar la seguridad y la paz en la frontera y el diálogo en favor de la construcción de caminos de paz, respeto y entendimiento mutuo. Aunque por ahora no está expresa la reapertura fronteriza con el libre tránsito de vehículo y ciudadanos, se presume que es la principal consecuencia de estos acercamientos.
Hace más de cuatro años que se cerró la embajada colombiana en Caracas, a la cual ahora todo indica que llegará alguien muy cercano a Petro, se trata de Armando Benedetti, uno de los alfiles del electo presidente en la campaña presidencial. Luego vendrán las designaciones de cónsules, entre ellos el de San Cristóbal para atender todos los asuntos fronterizos. El gobierno venezolano todavía no ha dado puntada sobre los nombres de quienes tendrán su representación en nuestro país.
Los comerciantes locales observan con ilusión que sea reabierta la frontera y se reestablezca el libre tránsito a través de los pasos fronterizos en San Antonio, Ureña y se ponga en uso el puente de Tienditas; con lo cual se espera que fluyan en mayor proporción los compradores venidos del otro lado del río Táchira que ahora lo hacen con muchas dificultades. También quienes hacen ofertas de todo tipo de servicios en nuestra ciudad esperan que se aumente su clientela. Los colombianos también tendremos de nuevo la facilidad de ir las ciudades cercanas en el territorio venezolano. Falta todavía por conocerse cuáles serán las condiciones y reglas que ordenarán ese flujo de personas y mercancías, evitando en todo caso el contrabando que históricamente ha hecho parte del comercio irregular en la zona fronteriza.
Las condiciones sociales y económicas en Venezuela siguen con dificultades; la inflación en junio fue de 14.5%, la acumulada para este año ya llega a 53,8% y su economía se encuentra dolarizada, aunque no de manera oficial. Los economistas nos dirán como afectan estas cifras el pretendido aumento del comercio entre los dos países. Las otras inquietudes que surgen en este momento tienen que ver con la suerte que correrán los desplazados que llegaron a nuestro territorio y se asentaron ocupando varios renglones. ¿Se ocupará el gobierno de Maduro de ellos?
La seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos en la frontera tendrá que ser un asunto a resolver con celeridad una vez sean abiertos los conductos diplomáticos, asunto en el cual deberán actuar ambos gobiernos, los cuales tienen que ver con delincuencia común y grupos insurgentes. Corren vientos nuevos en la frontera colombo-venezolana, esperemos que sean para el bien de todos.
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