En el año 2000 la OMS hizo una proyección a nivel mundial donde se consideraba que para 2020 las enfermedades mentales serían las patologías con mayor prevalencia y causa de incapacidad laboral. Pues bien, el 2021 llegó, y si esto es cierto, quiénes van a prestar los servicios de salud a tantas personas.

De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Salud Mental, el 4% de la población colombiana sufre algún trastorno que requiere ayuda, y de éstos casi el 75% no accede a servicios profesionales. Uno de los factores que incide en esta problemática tiene que ver con la escasez de especialistas en esta área. En Colombia existen actualmente cerca de 1.200 psiquiatras, es decir, aproximadamente 2.5 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, sin embargo, la OMS recomienda tener 10 por cada 100.000.

Algunos estudios revelan que la depresión se ha convertido en la segunda causa de enfermedad en el país, principalmente entre las mujeres. De igual forma, las tasas de suicidio se han venido incrementando y el consumo de sustancias psicoactivas empeora en población escolar.

La especialidad de la medicina que se encarga de la prevención, control y tratamiento de las enfermedades mentales es la psiquiatría, pero, ¿cuántos médicos quieren ser psiquiatras?

Las investigaciones muestran que cuando los estudiantes de medicina llegan al último semestre, solo del 3 al 5% se sienten atraídos por esta especialidad.

 En Colombia las Facultades de Medicina ofrecen psiquiatría en su programa de forma muy variada, por lo que esta materia generalmente es vista en dos o tres semestres. Sin embargo, el diseño del programa de la UDES varía un tanto en este aspecto y se encuentra orientado a reforzar en el estudiante dos aspectos básicos: la atención primaria y la salud mental, por lo que se cuenta con asignaturas relacionadas con la psiquiatría desde el quinto semestre; por ejemplo, salud mental en medicina interna (VII semestre), salud mental en pediatría (VIII semestre), salud mental en cirugía (IX semestre), y salud mental en ginecología y obstetricia (X semestre), las cuales son cursadas en una clínica psiquiátrica donde los estudiantes tienen a cargo varios pacientes a tiempo completo. De esta manera, el contacto con ellos es permanente y prolongado desde muy temprano en su carrera. Esta condición podría contribuir a hacer más atractiva la psiquiatría como especialidad, ya que, entre más tiempo se comparte con los pacientes el punto de vista hacia ellos y hacia la psiquiatría como especialidad va mejorando.

Nuestros propios datos muestran que el porcentaje de interesados en la psiquiatría está por encima del 10%, y en el último sondeo, de 44 estudiantes 5 refirieron que querían ser psiquiatras, cifras muy superiores a lo descrito en otras Universidades.

En vista de las circunstancias actuales caben las siguientes preguntas ¿Quiénes van a tratar los pacientes?, ¿Quiénes van a intervenir y mejorar las dinámicas familiares?, ¿Quiénes van a implementar y llevar a cabo las políticas de prevención en el consumo de drogas? O ¿Quiénes van a tratar las emergentes enfermedades mentales y emocionales de la población colombiana?, la respuesta parece fácil: “Los futuros psiquiatras”.

Ahora bien, la idea no es que todos quieran ser psiquiatras, pero nuestro programa de medicina les permite entrenarse en habilidades terapéuticas propias de la especialidad para la atención de personas con enfermedades mentales, y establecer un vínculo profesional para aliviar sus diferentes formas de sufrimiento de manera humana y empática, por cierto, al igual que con cualquier otra especialidad médica, algo que parece perfeccionarse a medida que pasan más tiempo con los pacientes.