Viernes, 19 de Julio de 2019
El tema de la pobreza en Colombia requiere de esfuerzos enormes para poder vencer ese flagelo, que nos hace sentir el rezago de lo que somos dentro de la comunidad internacional.
Según el Dane, en los últimos dos años ingresaron a lo que se denomina Pobreza Multidimencional, indicador que abarca los rangos de educación, empleo, juventud y niñez, salud, vivienda y servicios públicos, un total de 1.1 millones de personas, deduciendo que el total de colombianos que hoy se encuentran en estas condiciones de inferioridad llega a 9.690.000, abarcando el 19.6% de la población.
A esto hay que agregar que la FAO ha advertido que en Colombia el 4.8% de la población padece hambre, es decir que su nivel de pobreza llega al extremo paupérrimo.
Lo más triste del caso es que existen cinco departamentos: Guainía, Vaupés, Vichada, Guajira y Chocó, donde la cifra de pobreza es muy cercana o superior al 50%, lo que deja ver claramente que en Colombia han existido siempre regiones de primera y regiones de cuarta o quinta categoría, para las cuales no se han desarrollado programas que permitan ofrecer alternativas de desarrollo, tal como las tienen muchos departamentos del país, con una oferta de servicios y oportunidades parecidas a la de los países desarrollados.
La lucha contra la pobreza requiere de acciones conjuntas que comprometan al Gobierno Nacional y a las autoridades regionales. Que la cifra de pobres vaya en incremento, es una pésima señal que indica claramente que la tarea no se está haciendo bien y que los esfuerzos son muy inferiores a los que requiere el escenario real.
A este panorama debemos agregar que el 20% de los departamentos están por encima de la media del nivel de pobreza. Además tres de cada diez colombianos ganan menos de $257.433, clasificados dentro de lo que se denomina Pobreza Monetaria. Pero podemos agregar otro indicador y es el de Pobreza Monetaria Extrema, que son aquellos que ganan menos de $117.605, nicho dentro del cual se ubican 3,5 millones de personas.
La tarea es muy compleja y requiere de esfuerzos extraordinarios, si es que en verdad se quiere atacar ese flagelo y ofrecer oportunidades a quienes en verdad las requieren, abriendo de paso las posibilidades a los escenarios de igualdad.