El barrio La Merced se fundó en el año 1957, según lo relata el columnista Orlando Clavijo en junio de 2011, por medio de un blog denominado Crónicas de Cúcuta.

Orlando, hace una descripción perfecta del lugar, anécdotas y además una relación de varias familias que allí habitaron en el año 1970.

Infortunadamente, la invasión del espacio público en ese sector, ha crecido hasta un punto que se considera el taller de mecánica más grande del departamento. Varios propietarios se apoderan no solo del andén sino de la vía pública, colocando conos y demás obstáculos para impedir el estacionamiento de aquellos que no son sus compradores. 

De igual manera se ubican personas que ofrecen diversos trabajos a manera de “arrastradores” como ocurría en el centro, cuando la visita de compradores venezolanos, marcaba nuestra ciudad como una de las canastas más importantes de Colombia.

Es realmente admirable la paciencia de los pocos residentes de tan importante barrio, cuando además de lo relatado, se comenta que son varios los establecimientos que ofrecen repuestos de “segunda” en perfecto estado, como si hubiesen sido extraídos deautomotores objeto de hurtos.

Como complemento, se observan cuadras completas de vehículos que prestan el servicio público, atendidos por mecánicos que utilizan baldes y demás recipientes cuyo contenido es gasolina u otro producto derivado de petróleo, que es regado sobre la carpeta asfáltica, constituyéndose en el peor enemigo de la vía. 

Ante tan dramática situación, las cuatro o cinco administraciones incluyendo la presente, han hecho algunos esfuerzos para recuperar el espacio público, pero a decir verdad, el problema se les salió de las manos y de ahí la anarquía que se siente cuando se transita o se camina al interior del barrio.

La situación debe ser objeto de una juiciosa revisión no solo por el ejecutivo municipal, sino por el legislativo cuyo pronunciamiento en el tema ha sido bastante tímido por no decir que nulo y por eso llamo la atención a los candidatos al primer puesto del municipio y también al grueso número de personas que aspiran representar a la ciudadanía en el Concejo de la ciudad. 

El respeto por el espacio público requiere acciones contundentes en contra de lo que sucede no solo en el barrio La Merced sino en muchas calles y avenidas principales, blanco perfecto de los informales y caldo de cultivo del deterioro social en nuestra ciudad. 

De igual manera, la Policía Nacional tiene una hoja de ruta, consignada en el Código de Convivencia, respaldado por la ley 1801 de 2016 y mientras tanto, la comunidad residente en el Barrio La Merced, estará a merced de los comerciantes formales e informales en crecimiento, que cierran espacios a la tranquilidad que por mandato constitucional les corresponde.