La empresa nace con el comercio y el concepto de mercado. Han existido de diferentes tipos y modalidades; en el mundo primitivo lo más importante era sobrevivir en equipo al clima, a las guerras de alimentos y por supuesto, a las especies salvajes. Luego, con la organización de civilizaciones y la construcción de grandes y magnas obras - incluso aún existen vestigios como las pirámides y el Coliseo Romano, entre otras - a mediados del tiempo evolutivo, la iglesia y la doctrina se sofisticaron; la creación de la universidad, la búsqueda de nuevas rutas, la seda, la expansión del cristianismo, las épocas de apertura liberal y la revolución industrial llevaron al sistema capitalista.
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El antecedente más tangible de la empresa se relaciona con la organización comercial y fabril de la Edad Media (societas y compagnias), los cambios de pensamiento e innovaciones instrumentales (científicas y tecnológicas) y la complejidad productiva que despuntó con la llegada de la tecnología.
En Colombia, la conquista y la colonia trajeron sistemas que, bajo la figura de la mita, el resguardo, la mano de obra esclava e indígena, la explotación de recursos naturales y el envío de mercancías como la quina, entre otros, al mundo antiguo, despertaron grandes empresas de ciencia como la Expedición Botánica o la Comisión Corográfica, que permiten hasta el día de hoy ser la estructura de formación empresarial.
En Cúcuta, gracias a nuestras relaciones internacionales y al empuje de hombres y mujeres que lideraron varios procesos de intercambio y expansión, llevaron a cabo la formación no solo de una ciudad estratégica sino internacional que marcaría la pauta durante los siglos XIX y XX, entre ellas, la Compañía Eléctrica del Norte, la Cervecería Nueva de Cúcuta, la Cervecería Santander, la Casa de Mercado, Centrales Eléctricas de Cúcuta, el Ferrocarril de Cúcuta, la casa Cristo, la empresa de Moller y CIA. Ltda., la casa comercial Arocha, Tito Abbo, las boticas, las casas comerciales y las industrias de textiles, entre otras.
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Iniciando mes, la Universidad Simón Bolívar rindió un merecido homenaje a los empresarios de Cúcuta, en distintas categorías, en medio de una velada especial que se cumplió en el Teatro Zulima, con la entrega del Premio al Mérito Empresarial, evento que se realiza a nivel nacional en Barranquilla y tiene su versión propia para nuestra región.
De allí, destaco la voluntad de las empresas en inscribirse y contar cómo han venido creciendo y sorteando las dificultades de la ciudad; la difícil situación por la pandemia de COVID -19, la problemática fronteriza y su cierre, los mercados cambiantes internacionales, las divisas y sus fluctuantes movidas y la falta de insumos y garantías, solo por mencionar algunas.
Fue conmovedor observar familias enteras salir al escenario a recibir el Premio y contarle a la sociedad su experiencia, decirnos a todos que, a pesar de la adversidad, se puede salir adelante de manera legal.
Otra de las reflexiones que nos permitió concluir el evento es que faltan espacios de intercambio, no solo comercial sino de reconocimiento entre nosotros y con el mundo entero, en lo referente a la calidad, la pertinencia y la capacidad de resiliencia de muchos de los que han construido empresa, generado empleo o posicionado un buen nombre personal y de marca ciudad, capaz de mover emociones y de promover el sentido de pertenencia.
También es cierto que muchas de estas empresas, crecen en la orfandad de las acciones por parte del Estado, del acompañamiento, del fortalecimiento y de la ayuda en medio de las dificultades; se gastan el dinero en cosas que no impactan y las mesas de trabajo, la mayoría de las veces, se quedan en actas y no en realidades concretas.
Es importante seguir protegiendo y promoviendo la empresa. Es una forma eficiente de construir sociedad, promover el crecimiento y el desarrollo, además de hacer historia.
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