Luisa Ortega Díaz, la exfiscal General de Venezuela, en el curso de pocas semanas pasó de esbirro del régimen a heroína.
La transformación de Ortega tomó, tanto a las filas del gobierno de Maduro como a los líderes de la oposición, por sorpresa. Su espectacular huida a Colombia contribuyó también a su nueva imagen.
Sin embargo, vale la pena tener en cuenta algunas de las acciones de Ortega como Fiscal y su silencio, por casi 10 años, frente a la supuesta corrupción durante los gobiernos de Chávez, primero, y ahora de Maduro.
Y el continuo pisoteo a los sistemas de división de poderes y las instituciones democráticas.
Como ha sido ampliamente publicado, debemos recordar que Luisa Ortega Díaz fue la responsable de enviar a la cárcel a Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular y al exalcalde de Caracas Antonio Ledezma.
La Fiscalía a su cargo expidió las respectivas órdenes de captura.
En febrero de 2014, una manifestación liderada por López no fue autorizada por el Municipio de Caracas. Parte de las manifestaciones derivaron en conflicto y violencia.
Hubo 43 muertos, entre oficialistas y opositores. Haciendo eco de las acusaciones de Maduro, el 4 de abril, la Fiscalía formalmente acusó a López de los delitos de “instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador, incendio en grado de determinador y asociación para delinquir”.
Después de un juicio que en ocasiones parecía una opereta, y durante el cual la Fiscalía dirigida por Ortega no le pudo probar seriamente los delitos de los que lo acusaba, Leopoldo fue condenado a más de 13 años de cárcel y enviado a la prisión de Ramo Verde.
Allí estuvo sujeto, durante más de dos años, a un tratamiento inicuo. Nunca Ortega Díaz protestó públicamente por las condiciones a las que este fue sometido.
Finalmente, y gracias a la presión internacional y a los buenos oficios de los expresidentes españoles Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se le concedió la casa por cárcel.
En el caso de Ledezma, debido a su grave enfermedad, finalmente también recibió casa por cárcel.
Durante su período como Fiscal, igualmente, se llevó a cabo la investigación, procesamiento y detención de dueños y directores de una serie de pequeños bancos no simpatizantes del gobierno. Los acusaron de irregularidades en la administración de su patrimonio.
En lo que se refiere al sistema de distribución de alimentos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), de acuerdo con algunos medios de comunicación, sólo hasta este momento, la exfiscal Ortega Díaz vinculó a Maduro con una empresa registrada en México llamada Group Grand Limited. Se presume que el mandatario venezolano sería el dueño. Esta compañía es la encargada de abastecer los CLAP.
Tan sólo hasta ahora, durante su visita a Brasil, la exfiscal venezolana acusó al primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, de haber recibido en una cuenta un depósito por 100 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht, a través de una empresa española cuyos propietarios serían dos sobrinos de Cabello. Dice tener a la mano las pruebas.
La decisión del Tribunal Supremo de Justicia de quitarle todos los poderes constitucionales a la Asamblea Legislativa, dominada por la oposición, y arrogárselo a sí mismo y al Presidente de la República, fue la gota que parece le colmó el vaso a la fiscal. El 31 de marzo de este año denunció en rueda de prensa la “ruptura del orden constitucional” de su país. De igual manera, se pronunció en contra de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, sin el cumplimiento de los requisitos legales. Durante su primer día de sesiones, dicha Asamblea despidió a Luisa Ortega como Fiscal General de Venezuela. Se le prohibió a la doctora Ortega salir de Venezuela y se le congelaron sus bienes.
Cuando la exfiscal Ortega llegó a Colombia en su espectacular huida a través de Aruba, el Presidente Juan Manuel Santos no tenía alternativa distinta a la de recibirla. No sé si era lo apropiado ofrecerle la posibilidad de asilo político y protección. Ojalá Ortega se anime, y los Estados Unidos le ofrezcan la visa y la protección que requiere.